Su nombre es Agustín Ranchero y de sus casi 70 años de vida más de 50 los ha dedicado a la noble labor trabajar con cera, oficio que aprendió de su abuelo materno; hoy participa en el IV Encuentro Nacional de Cerería que se realiza en la capital morelense.

Junto con sus compañeros de oficio, procedentes de los estados de Hidalgo, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Querétaro, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Yucatán y otros más de nuestra entidad, Agustín participa en el taller de cerería instalado en el Centro Cultural Jardín Borda.

Agustín cuenta que desde pequeño acompañaba a su abuelo al taller localizado en el estado de Tlaxcala, donde aprendió el oficio de rápida gracias al gusto y amor que pronto les tomó a las figuras de cera, sobre todo velas que utilizan para ceremonias religiosas.

Al pasar de los años se dio cuenta que no podía separarse más de ese oficio, del cual se ayudó para mantener a su familia.

Una historia similar es la de Nicolás Hernández Nube, quien es parte de la cuarta generación familias que se dedica a la cerería en el estado de Hidalgo.

“Mi mamá cuenta que mi abuelito aprendió el oficio de sus suegros y desde ahí se quedó para siempre en nuestra familia; mis hijos y sobrinos también ya se integraron, ellos son la sexta generación”, comentó Nicolás Hernández.

En esta ocasión a Nicolás lo acompaña su hermana María Luisa, y un grupo de sobrinos y primos, quienes también participan en el taller de cerería en el Jardín Borda.

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