Por Francisco Hurtado Delgado

Magistrado del Tribunal Electoral del Estado de Morelos

El uso del internet es ya considerado como un derecho humano. Pero debemos tener cuidado con el uso que le podemos dar porque ya existen antecedentes que deben llamar nuestra atención, como por ejemplo el de Cambridge Analítica empresa inglesa, que hizó un mal uso de los datos personales que le fueron proporcionados por Facebook y mediante un algoritmo matemático manipuló más de 5000 data points de los usuarios. El resultado fue que lograron persuadir e inducir el voto para influir en la elección presidencial en los Estados Unidos y el Brexit en Inglaterra y de esta manera concretar solo los objetivos de interés de Cambridge y sus clientes, haciendo vulnerable a la democracia.

La otra cara de la moneda es que, también, el uso del Internet facilita una mayor comunicación entre los miembros de la sociedad. Y, una de sus posibles bondades podría ser el uso de una urna electrónica en nuestro país y generar un ahorro significativo o bien impartir justicia digital en un juicio o hacer notificaciones y audiencias en línea en materia electoral.

El riesgo de un mal uso, me parece, no se podría evitar, lo constatamos todos los días con los famosos fake news y hakers que provocan desinformación, denostación, calumnia y que termina siendo un factor de desintegración, desconfianza y con ello un daño a la sociedad; fenómeno que ha provocado el surgimiento del concepto de “analfabetismo digital” referido a las personas que todo lo que aparece en Internet o en redes sociales lo consideran como verdades absolutas.

Giovanni Sartori describe que la cultura de hoy, es una cultura de ocio, una cultura de la imagen, en síntesis, una cultura de la incultura; por lo anterior debemos implementar una educación y formación de la ciudadanía con valores éticos y morales, para que el uso de estas tecnologías particularmente dirigidas en la democracia sea con fines de lograr el fortalecimiento de una cultura democrática sustantiva. Así también hacer uso con responsabilidad de las redes sociales antes de compartir, revisando las fuentes y autores de la información que circula, para no caer en las redes de las noticias falsas, usando también verificadores (fact-checking) de información electrónica.

Bajo estos referentes dejo una pregunta abierta para la reflexión: ¿Afectará el uso de la comunicación digital al futuro de la democracia?

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