Perspectiva Electoral

Por Marcos Pineda

Una ocasión, a mediados de la década de los 90, en uno de los ascensores de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, coincidí con Porfirio Muñoz Ledo, quien ese día era acusado por uno de sus correligionarios, en uno de los más leídos periódicos nacionales, de protagonista. Sin extenderme en los detalles de aquel anecdótico encuentro, quiero comentarles que le pregunté algo así como: ¿qué contesta usted al señalamiento que le hicieron de protagonista?

Con una de esas irónicas sonrisas que lo caracterizan, me contestó literalmente: “Jovencito, política es protagonismo. Político que no lo entienda está en el oficio equivocado” A la vuelta de más de veinticinco años he visto decenas de políticos que no lo han aprendido. Y entre ellos no sólo hay quienes no han aprendido que para ser político hay que ser protagonista, sino que además hay que aprender a ser un buen protagonista, pues no se trata de ganar notoriedad y la luz de los reflectores por que sí o a costa de la buena imagen pública.

Eso de que lo que importa es que hablen de ti, no importa si es bien o mal, pero que hablen de ti, es mentira. Es una falacia que puede fácilmente desmentirse a través de estudios serios de imagen pública y marketing electoral. Los políticos que se la creen, quizá con ello se consuelen de lo mal que los trata la opinión pública, pero de ninguna manera les favorece para ganarse la simpatía de los electores, sino todo lo contrario.

Es cierto que parte de cuidado para generar una imagen pública favorable es no hablar de más, pero hay quienes se han ido al extremo guardándose para tiempos electorales. Hablo de los líderes de los partidos políticos que, no todos, pero sí buena parte de ellos, no se han dado cuenta que les falta protagonizar en la escena pública. Si a estas alturas hacemos una encuesta para saber quiénes son los políticos que dirigen a sus respectivos partidos, se verificará que muy poca gente los conoce.

Se conocen entre ellos, se leen en los diarios entre ellos, se siguen entre ellos en las redes sociales. Y su soberbia le hace creer que son ampliamente conocidos, cuando la realidad es que, entre el electorado, entre el pueblo, pasan desapercibidos. No han sabido ser protagonistas, acomodar su ideología, su posicionamiento, sus plataformas, en el ánimo popular. Sus liderazgos son muy reducidos, acotados a su entorno, entre aliados y adversarios, dirigentes y dirigidos, pero no entre la masa social, que finalmente es de la que pretenden obtener el favor de su voto.

Algunos han intentado llamar la atención sin lograrlo o lográndolo a medias, con escasos resultados. Otros, que tienen bien clara la urgente necesidad de darse a conocer, para dar a conocer a su partido y, en su momento, sus propuestas y a sus candidatos. Basta preguntar a nuestros lectores y a nuestro auditorio si ¿sabe usted quiénes son los actuales líderes de los 20 partidos políticos con registro vigente? ¿Qué es lo que recuerda de los que sí conoce o ha oído hablar de ellos? ¿Qué opinión le merecen los que sí conoce?

Y por qué no han tenido resultados favorables, porque carecen de una estrategia de comunicación política.

Para iniciados

La ausencia de la mayoría de los líderes de los partidos políticos en la escena pública está por terminar. Ya comienza la etapa de buscar foros y medios. Sólo que ahora será más difícil lograr la atención y la simpatía de los electores entre 20 diferentes opciones, que buscarán exactamente lo mismo, llamar la atención, ser los protagonistas. Quiénes podrán tener éxito, como dijimos arriba, quienes cuenten con una estrategia de comunicación política seria y profesional, los demás pueden ya dejarlos de una vez en el olvido.

Excelente fin de semana.

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