Con gran destreza y creatividad, se desarrollan variados proyectos en el taller de cartonería de la arquitecta Claudia Barenque Flores, un orgullo morelense, egresada de la Facultad de Arquitectura del Estado de Morelos, originaria del barrio de Amátitlán, y avecindada en el Pueblo de Ocotepec, quien recientemente participó en una exposición de artesanías, el pasado 13 de septiembre, que promovió el Instituto de Cultura de Cuernavaca, en el Museo de la Ciudad, ubicado de Avenida Morelos, en un esfuerzo por parte del Ayuntamiento por preservar nuestras tradiciones, cultura y festividades.
El arte de la cartonería consiste en hacer esculturas en tercera dimensión, como parte de una tradición artesanal auténtica, representativa y artística, que conjuga diversas expresiones como calaveras de oficios populares, máscaras, toritos, lolitas, piñatas, alebrijes, entre otros, mismos que deben ser enseñados y preservados para futuras generaciones».
Es una disciplina multifacética, en la que se le ocupa papel aglutinado con engrudo, modelado y policromado, y en la que hay una variedad de materiales para desarrollarla, como cartón papel periódico, papel craft, engrudo; también dependiendo del tamaño, la base puede ser de alambre, y en las piezas de tipo monumental se utiliza carrizo, también un puede construirse un entramado a manera de canasta para contener algún tipo máscara o alebrije.
La variedad de colecciones creadas por nuestra talentosa artista, son proyectos en los que expresa una gran sensibilidad y admiración por la cultura mexicana, con su colorido y personalidad, y ella misma nos describe como ha sido su formación en esta técnica tradicional:
«Yo creo que mi herencia artesanal me viene de mi abuela materna Cecilia García Espejel, quién enseñó a mi madre Carmen Flores García a hacer un sinfín de cosas entre ellas piñatas. Mi madre enseñó a sus 6 hijos, incluida yo, todo lo que ella sabía y aunque en mayor o menor medida todos hemos cultivado un poco de sus enseñanzas, soy yo, la que se ha apasionado más con la labor artesanal específicamente con la cartonería. Empecé a hacer mis primeras piñatas cuando era niña de unos 6 u 8 años, pero como admiraba la cartonería, un buen día, creo que de 2007 me pregunté si la técnica de las piñatas se podía aplicar en la cartonería y fue así como hice mi primera catrina, que aunque muy burda ya contaba con la mayoría de los elementos de la cartonería tradicional, alambre, papel, engrudo y pintura; pero no fue si no hasta el 2019 que tuve la oportunidad de aprender la técnica a través de un experto, el maestro cartonero morelense Alfonso Morales quien fiel a su compromiso de enseñar ofreció talleres en línea gratuitos durante la pandemia y fue así como comencé a aprender de los expertos, más sobre esta preciosa artesanía: Sergio Cruz, Eder Huerta, Tania Morales, Lolo Godoy, etc. Así es como ahora combino la artesanía cartonera con mis actividades profesionales como arquitecta».