Demostración de fuerza

PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

El primer acto de ejercicio autoritario del poder público, luego del segundo y más amplio decretazo del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el cual califica a las obras de su gobierno como de seguridad nacional y utilidad pública”, y del que no mencionó ni una sola palabra durante la mañanera del pasado viernes, fue la ocupación, con el uso de la Marina Armada, de los 117 kilómetros de vía férrea concesionados a Ferrosur, del Empresario Germán Larrea. Todo el proceso fue cuidadosamente calculado. Desde la parte legal hasta la argumentación para sostener que el gobierno lo está haciendo en beneficio del pueblo y que quienes critiquen o señalen, comenzando por la Corte y los empresarios, lo hacen porque están en contra de la transformación y a favor de las oligarquías, cuya pretensión es regresar al viejo régimen de corrupción y privilegios.

Primero, esperar la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declarando la invalidez constitucional del primer “decretazo” que estuvo vigente desde el año 2021, resolución de la que sabían detalles y alcances por sus tres ministros aliados.

Segundo, de inmediato publicar en el Diario Oficial de la Federación el “segundo decretazo”, con muchos mayores alcances que el anterior, aunque a sabiendas de que es, igualmente, inconstitucional y que probablemente correrá la misma suerte que el primero, pero les da tiempo para seguir operando en la opacidad y con la manga a todo lo ancho, tratando de lograr que antes de la declaración de la invalidez ya hayan ganado las elecciones del 2024 y reformado la Constitución a su modo.

Tercero, en la madrugada del día siguiente, el pasado viernes, como cuando se utiliza el factor sorpresa en una guerra, ocupar fuerzas armadas en tres tramos de vías férreas que serán parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, basándose en lo que establece el nuevo decretazo, que las incluye como de “seguridad nacional”. El cuarto paso, consistió en las declaraciones del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, durante su gira por Durango, negando que se trate de una expropiación, afirmando que es una ocupación (armada) temporal y reconociendo que hubo conversaciones con los representantes de la empresa filial del Grupo México, pero no hubo acuerdos y, finalmente, que con base en el decretazo el gobierno está en su derecho de hacerlo de ese modo, es decir, ocupando marinos armados. La quinta etapa está prevista para el día de hoy.

Es la ideológica y doctrinaria, a cargo del propio presidente de la República para convalidar todo el proceso anterior, fustigar de nuevo a sus adversarios, atacar a los medios de comunicación, ensalzar al pueblo que respalda sus decisiones, por autoritarias que sean, estigmatizar a todo aquel que haga uso de su libertad de pensamiento y expresión para analizar el caso racionalmente y, finalmente, acorralar así al grupo empresarial, para obligarlo a aceptar la propuesta de acuerdo que surja de Palacio Nacional. Los enceguecidos defensores y seguidores a ultranza de López Obrador, no se darán cuenta de que, si bien pudo ser mañosa y temporalmente legal la acción de la ocupación armada, es también un acto autoritario, una demostración de que, si no se hace lo que el presidente ordene, para eso tiene a su disposición a las fuerzas armadas del país. Si ordena o no el retiro de las tropas y convoca al diálogo entre las partes, ya es lo de menos. La demostración de fuerza ya está hecha, siendo, a la vez, una advertencia para quienes no acepten las condiciones del gobierno federal, en un futuro que ya no es nada lejano. La cuarta transformación mostró de nuevo su verdadera cara: el autoritarismo, disfrazado de lucha por el bienestar del pueblo.

Y para iniciados

Será muy difícil que suceda, pero tras la derrota del América la noche de ayer, ya habiendo renunciado el director técnico del América, si le ofrecieran ese puesto y lo aceptara, el todavía gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, haría muy felices a millones de personas. Por un lado, a los fanáticos de las águilas que estarían muy contentos al verlo tomar las riendas de su equipo favorito. Por otro lado, a los morelenses ansiosos de que ya se acabe su periodo de gobierno y, así, haya posibilidad de remediar todo lo que ha venido de malo a peor. Y, hasta de paso, a los morenistas de la Ciudad de México, preocupados por la intención del ex ídolo del fútbol de contender para la jefatura de Gobierno. Una oportunidad de oro que haría feliz a mucha, mucha gente.

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Imprudencias de Estado

PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Las justificaciones de Andrés Manuel López Obrador y de Cuauhtémoc Blanco Bravo para declarar con ligereza, temerariamente y sin fundamentos sólidos sobre temas sensibles tienen mucho en común. Hemos escuchado de ellos expresiones del tipo “yo siempre lo he dicho”, “como siempre lo digo”, “mi pecho no es bodega”, “no me van a callar” y “yo no he visto pero me dijeron”, entre otras, que ocupan en forma regular. Los alcances y consecuencias de las manifestaciones públicas de los políticos dependen de diversas circunstancias de modo, tiempo y lugar. No es lo mismo cuando son opositores que cuando son gobierno, cuando están en campaña o ya ocupando un cargo, en una reunión informal o en un acto Oficial. Aunque, igual que los demás ciudadanos, su libertad de pensamiento y expresión debe ser respetada tal cual lo reconocen las leyes constitucionales y, además, están protegidos por el fuero y el poder que ostentan, no significa ello que cuenten con licencia para ser imprudentes o irracionales, y menos chismosos o mentirosos.

La principal herramienta de trabajo de un político es el lenguaje. Por ello, desde la más remota antigüedad se enseñaba oratoria a quienes aspiraban a incursionar en la vida pública, como una de las materias de estudio y dominio fundamentales. Su habla, su personal manera de comunicarse, ya imprime un sello propio a su proceder, tiene efectos y deja huella. Por cuanto hace al presidente de la República estamos acostumbrados a la repetición de sus dichos doctrinantes, repetidos incansablemente, tal como lo sugería Joseph Goebbels -el propagandista de Adolfo Hitler- a fin de convertirlos en verdades aceptadas por las mayorías. Y, coyunturalmente, a criticar o señalar a sus adversarios, según le convenga en cada momento, quiera dar o quitar apoyo y levantar polémica, fijar agenda. López Obrador igual se ha lanzado contra los republicanos estadounidenses que contra las organizaciones de la sociedad civil o los padres de familia que exigen medicamentos oncológicos para sus hijos enfermos de cáncer. En estos días, arremeter contra el gobierno peruano y negarse entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico a ese gobierno, a cuya presidenta acusó de usurpadora, le ha valido ya una crisis diplomática en la que hasta opositores peruanos se han sumado a la defensa de su soberanía y tachado el mexicano de injerencista.
En cuanto a Blanco Bravo, el uso del lenguaje en su actividad cotidiana es muy reducido, podríamos decir, llevado al mínimo indispensable. Confiado más en sus publicaciones en redes sociales, en declaraciones a los periódicos deportivos y boletines de prensa que ensalzan lo que no dijo y presumen lo que no hizo. Las capacidades comunicativas del ex ídolo del fútbol, a la vista está, son mínimas. Dicho con apego a nuestro idioma, es verbalmente incompetente.

Sin embargo, sobre todo en lo que llamamos “entrevistas banqueteras”, suele generar polémica. No obstante, su limitado vocabulario es suficiente para calar hondo, provocar reacciones e incluso molestias. Lo más reciente fue el referirse, así como en calidad de chisme que le dijeron en algún pasillo, que en el Congreso local estaban comerciando con los nombramientos de magistrados, lo cual sería un delito, actos de corrupción que deberían ser investigados y sancionados. Soltó el chisme, pero no aporta pruebas ni presenta denuncias formales.

Andrés Manuel y Cuauhtémoc Blanco son muy parecidos en este sentido. Ambos se victimizan diciendo que hay quienes quieren desestabilizar a sus gobiernos, son imprudentes e irresponsables en sus declaraciones a los medios, al tiempo de que acusan a los demás de lo que sucede con ellos mismos.


Y para iniciados
Un nuevo torito para el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, a quien descubrieron la compra de un departamento de súper lujo que compró a una socia de una empresa proveedora de la SEDENA, en una tercera parte del valor de otras propiedades similares, nueve millones de pesos, cuando las otras rondan los 30 millones. Ni de broma, con su sueldo y prestaciones legales, podría haber adquirido una propiedad tan costosa. Ya sabemos que el presidente, si es que llega tocar el tema, dirá que no está enterado, pero si es así espetará que “¿Cuál es el problema?”, que no son iguales a los de antes y que en su gobierno ya no hay corrupción. ¿Usted cómo la ve?

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Por Manuel García Y García//MundoMagazzine

Políticos Viejos Opinan…

Esteban Soriano Tapia, ex secretario general del Sindicato de Trabajadores del H. Ayuntamiento de Cuernavaca, dijo decepcionado: “pensé que José Luis Uriostegui Salgado, salvaría la ciudad capital, pero no, ha sido un mal ejemplo para todos los que habitamos en esta ciudad”, dijo.

Puso como ejemplo el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), en donde hay adeudo histórico y el que va de su administración “y no puede con el paquete”.

“Vamos a suponer que entre un millón de pesos diarios, que lógicamente entran más, ¿dónde está ese dinero? ¿Qué hace con ese dinero?, a los trabajadores les queda a deber y no les cumple cabalmente cada quincena; arrastra deudas y muchas colonia no tienen agua y hay paros por toda la ciudad”, mencionó.

Hace 23 años las cosas eran distintas, hoy causa sensación, admiración y vergüenza que quienes defraudaron al SAPAC, estén pensando volver a buscar cargos de elección popular, como Manuel Martínez Garrigos y otros más ex alcaldes que tuvieron mucho que ver con el desfalco del Sistema de Agua Potable.

Esteban Soriano Tapia, afirmó en una rápida entrevista que los tiempos han cambiado, “pero para mal de la ciudadanía, a raíz de que entró un mal alcalde, desde entonces las cosas cambiaron y endeudaron al SAPAN, no pagan puntualmente a los trabajadores y has en el aguinaldo quedaban mal y hoy, vamos de mal en peor”.

“al igual que yo, pensamos que como José Luis Uriostegui es cuernavaco de nacimiento, salvaría la ciudad, pero nos equivocamos; de nada sirve que sea nativo de Cuernavaca, la ciudad va de mal en peor, aseguró elo ex dirigente sindical.

A MITAD DE SU…

“OJOS CIUDADANOS”, DEL PERIODISTA JOSÉ MARTÍN PÉREZ RODRÍGUEZ//MUNDOMAGAZZINE

En la información oficial que fue difundida por la oficina de Difusión del ayuntamiento de Cuernavaca sobre la puesta en operación de 480 cámaras que serán utilizadas para vigilar los 36 puntos en la ciudad de mayor incidencia delictiva, se les «pasó» mencionar el costo de las cámaras, que empresa es la proveedora, si fue una compra directa o hubo licitación pública.

Tampoco, se dio a conocer si la compra de las 480 cámaras se hizo con recursos propios del ayuntamiento o fueron utilizados recursos del Gobierno Federal.

Las 480 cámaras estarán conectadas al C4.

Un detalle importante es que para la instalación de las cámaras, se requerirá la autorización del propietario del inmueble y que el inmueble cuente con Internet.

En Jiutepec se ha llevado a cabo, desde hace meses, un programa similar con buenos resultados, la diferencia es que el ayuntamiento de Jiutepec está sumado al convenio de Mando Coordinado Policía Morelos y Cuernavaca no.

Ya ha pasado la mitad de la administración de José Luis Urióstegui Salgado y apenas están por instalar las cámaras.

El principal problema en la ciudad es la inseguridad y esto apenas es un esbozo de la administración de Urióstegui Salgado por frenar los índices delictivos.

Una pregunta; ¿de qué servirá de que por medio de las cámaras detecten un delito en progreso si carecen de la fuerza suficiente para hacerle frente a los delincuentes? Se calcula que por turno son menos de 300 policías que vigilan 244 colonias.

Hay que ver las cosas como son, las cámaras pueden ser un buen instrumento para la seguridad, pero no son la solución definitiva.

Otra pregunta: en caso de que las cámaras de vigilancia sean dañadas por los delincuentes, ¿serán sustituidas de inmediato?

Unas más: ¿el software que utilizan éstas 480 cámaras cuenta con reconocimiento facial? y, ¿cuentan con zoom suficiente para ver detalles, como pueden ser los números de placas de circulación de autos particulares?

De acuerdo con cifras del INEGI, en Cuernavaca la gente se siente más insegura en los cajeros bancarios que están en vía pública, en el transporte público y en el interior de las sucursales bancarias. Usted, ¿se ha sentido en estado de indefensión cuando hace fila para el cajero o para entrar a la sucursal bancaria?, sobre todo cuando se da cuenta que no hay policías a la redonda.

El ayuntamiento de Cuernavaca requiere de la coordinación y suma de esfuerzos de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y los cuerpos de seguridad pública estatales, para que se haga un frente en común.

Asimismo, resulta muy importante la integración de las carpetas de investigación para que se aporten los elementos jurídicos suficientes para que las carpetas sean judicializadas, así es que también es muy necesaria la coordinación de esfuerzos entre el ayuntamiento capitalino y la Fiscalía General del Estado.

Esperemos que la segunda mitad del Gobierno de Urióstegui Salgado las cosas mejoren en materia de seguridad por bien de la sociedad.

Reglas claras

PERSPECTIVA. por Marcos Pineda.

En otras ocasiones he comentado al respecto de los diferentes tipos de factores que influyen en el comportamiento electoral y, por consecuencia, en los resultados de los procesos electorales. Esta rama de estudio de la Ciencia Política, el voting behavior, está basada en el cálculo factorial. Sí, matemáticas, pues, para explicar con precisión y con base en la evidencia empírica lo que ocurre en las elecciones. Por tanto, no se trata de simples opiniones, ni de argumentos ideologizados o especulaciones que tanta mala fama han hecho a los analistas políticos de café, sino de estudios especializados que exploran las percepciones y emociones que influyen en la decisión de voto de los electores. Los modelos de explicación de factores, tanto de largo como de corto plazo, han sido muy útiles para comprender y explicar qué sucede en la lección de representantes populares, cómo y por qué pasa. No obstante, no son los únicos factores que cuentan. También hay otros a los que denominamos “factores institucionales”, que igualmente son susceptibles de ser medidos, calculados e interpretados a la luz de sus efectos en la realidad, a partir del diseño de las instituciones que tienen que ver con los procesos electivos -sean partidos políticos o instituciones electorales, bien operativas o jurisdiccionales-, y con las reglas del juego, es decir, con las leyes y reglamentos aplicables.
En este marco es que se circunscriben las reformas a las leyes electorales y a las instituciones, como el INE o los OPLES, en el caso de México. El planteamiento en su forma más sintetizada es que si modificas las reglas y las instituciones eso tendrá consecuencias en los resultados electorales y, acto seguido, en la composición y funcionamiento de los órganos de gobierno que se integren como su resultado final. Dicho sea de paso, eso es lo que pretendían de fondo tanto la frustrada iniciativa de reforma constitucional como el llamado Plan B, pero que el presidente quiso ocultar, argumentando que lo único que quería era bajar los costos de los procesos electorales y evitar que se cometieran fraudes en las elecciones.

Con esta introducción quiero resaltar la importancia de las reformas recién aprobadas en el Congreso de Morelos al Código de Instituciones y Procedimientos Electorales en materia de paridad de género, conclusión de afrodescendientes, indígenas, personas con discapacidad y LGBTQ. Si bien existe un debate acerca de la conveniencia o no de la sobre regulación del sistema electoral mexicano, una vez que eso es un hecho, la definición de conceptos y reglas claras se vuelve indispensable para hacer efectivo el principio democrático de la inclusión.

La certidumbre jurídica, que no existía y dejaba a la interpretación de los organismos electorales su aplicación, a partir de esta nueva reforma reducirá la judicialización de las elecciones e impedirá el abuso y la simulación que llevaron a cabo candidatos y partidos políticos. En concreto, esos que llamamos cachirules la van a tener mucho más difícil para hacerse pasar por lo que no son y será más clara la asignación de las posiciones plurinominales.

Pasadas las elecciones, podremos analizar a fondo los resultados de las reformas en la composición y funcionamiento de los órganos de representación popular, pero, por lo pronto, ya podemos hablar de un avance que no es menor, como parte de los factores institucionales de los que hemos hablado.


Y para iniciados
De nueva cuenta, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, reconociendo al decir “no tengo elementos, pero siempre he tenido un instinto certero”, desvió la atención diciendo que las revelaciones acerca de los actos de corrupción, las mentiras y las simulaciones que han sido publicadas por diferentes medios de comunicación son ataques a su gobierno, financiados por organismos norteamericanos. Acusar tan sólo por su instinto, sin pruebas, sin elementos, habla muy mal de alguien que tiene a su cargo la más alta responsabilidad pública en un país. Una vez más, el manual del perfecto dictador. Simplemente revise usted las declaraciones de Hugo Chávez, Daniel Ortega o Maduro y notará que no hay diferencia. Lanzarse contra sus adversarios, en lugar de responder y transparentar. Hoy en la mañanera afirmó que “todos son iguales”, menos él, aunque en la realidad es tan igual como aquellos a los que fustiga. Y también, con sus mismas palabras de hoy, retomemos y digamos “no se deje engañar”, pero agreguemos: no se deje engañar ni por él ni por sus opositores. Forme usted su propio criterio.
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SE REQUIEREN MEDIDAS DE…

REFLEXIONANDO, POR AURORA ALBAVERA SOTELO//MundoMagazzine

“Para evitar la incidencia delincuencial, tienen que haber medidas de prevención, sin prevención no hay nada”, afirmó el licenciado Marco Antonio Lara Olmos, policía de carrera con 30 años y director de la empresa “Servicios de Protección y Seguridad Privada” (KALAN).

En entrevista, el comandante Lara Olmos, dijo que todo tiene un principio por lo que hay que atacar la delincuencia con prevención, porque sin prevención no hay nada, aseguró.

“Las autoridades tienen que ver ese punto, para poder actuar y no ser una policía de redención si no una policía de prevención y así evitar que las incidencias aumenten día con día.

El feminicidio es uno de los temas que a nivel nacional le está pegando bastante al gobierno federal, al estatal y al municipal afirmó el comandante Marco Antonio Lara Olmos.

A pregunta expresa afirmó que durante el tiempo que estuvimos como encargado de despacho nos avocamos mucho a la prevención del delito; es uno de los focos donde podemos actuar no esperar que ocurra el delito para poder actual, sino hay que prevenirlo en todas las materias.

Desafortunadamente las personas más afectadas es la ciudadanía en la cuestión política; la coordinación que debe haber entre el gobierno estatal y el gobierno municipal tiene que ser muy estrecho para coordinar las cuestiones de seguridad publica en el Estado y más en el municipio.

El comandante afirmó tener más de 30 años como policía, y desde a los 18 años, empezó como agente; hoy ya son 50 y con una experiencia que bien podría coadyuvar a las corporaciones y servirle a la ciudadanía.

El comandante Marco Antonio Lara Olmos, reiteró que sin prevención no se podría hacer nada, por lo que invitó a los y las coordinadoras de Seguridad Pública a poner más énfasis en los programas de prevención al delito y evitar así las incidencias delincuenciales.

Asimismo, el comandante Lara Olmos, aseguró que una de las prioridades de la empresa, donde él es el director, es la contratación de mujeres, mismas que cuentan con todas las prestaciones que la ley exige.

AMLO contra los límites…

PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

El enojo presidencial ya está por llegar a su punto más crítico. Con cada revés a las decisiones, programas y políticas que ha tomado Andrés Manuel López Obrador instruyendo, por sí o al través de la Secretaría de Gobernación, a sus legisladores, para que aprueben, sí o sí, lo que envía al Congreso y con la validación de sus decretos, por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, va quedando cada vez más al descubierto el verdadero talante de su proyecto político. La ley no es la ley para AMLO, a menos que sea la ley que le convenga, que concentre facultades en su persona y reduzca o prorrogue las posibilidades de que sean descubiertos y exhibidos los manejos al interior de su administración.
No habíamos terminado de leer la sentencia de la Corte sobre la invalidez del famoso “decretazo” con el que se elevaron a rango de seguridad nacional las obras insignia de la cuarta transformación, mismo que permitió al Ejecutivo reservar, ocultar, pues, la información sobre contratos, adjudicaciones, costos, trámites, cumplimiento de requisitos y demás, cuando ya había publicado otro decreto en el mismo sentido.

No se necesita bola mágica para saber que este nuevo decreto deberá correr una suerte similar. Sin embargo, sí representa una forma de ganar tiempo, de mantener en la opacidad la información que debería ser pública, estar al alcance de cualquier ciudadano que lo solicite y de amarrarle las manos al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Esperan, al menos, que tenga vigencia hasta que se hayan concluido las obras y, ojalá, ya hayan pasado las elecciones de 2024. A la luz de todo lo que hemos sabido en estos cinco años y medio, ¿no le parece a usted bastante claro que, si AMLO pudiera tomar las decisiones sin necesidad de reformas a la ley, sin pasar por el análisis de los tribunales y sin tener que rendir cuentas a nadie, simplemente lo haría y punto? Afortunadamente, todavía existen en México una Constitución que limita las facultades del Poder Ejecutivo, una división de poderes que evita la concentración de las decisiones en una sola persona y organismos autónomos e independientes, cuya misión es velar por el cumplimiento de las leyes.


Sí es cierto que hay mucho de corrupción que se debe corregir y sancionar en las instituciones. Pero en todas, incluyendo a la Presidencia de la República. Y que se puede mejorar el funcionamiento y la calidad de los organismos autónomos. Eso es lo que se debería hacer. No destruir ni someter, sino mejorar.
Los ataques contra el INE, el INAI, la Suprema Corte y todas las instituciones, públicas y de la sociedad civil, que estorban al poder presidencial forman parte de un plan. La intención de reformar al Poder Judicial para que los ministros, magistrados y jueces sean electos por voto popular no es, en realidad, que el pueblo tenga en sus manos la decisión de a quién pone, sino acabar con su actual composición para tener una nueva que sí convenga al gobierno, que le apruebe y convalide todo, aunque se encuentre fuera de la ley.

Y para iniciados
Paleros y vendidos se apresuraron a dar por ganadora a una de las dos candidatas al gobierno del Estado de México, minutos después del segundo debate, de ayer por la noche, sin el menor análisis y hasta inventando datos o realizando encuestas, de esas a las que llamamos patito. Claro que todos tenemos derecho de expresar nuestra opinión y preferencias. No obstante, una vez más vale la pena hacer un alto y no dejarse llevar ni engañar. Hay que ver bien el desarrollo del debate, los posicionamientos y el desempeño de cada una. Yo no tengo preferida alguna, pero no pude dejar de notar los pleonasmos, las evasivas y la falta de consistencia e ideas propias de Delfina. Probablemente la diferencia se haya acortado un poco, pero dudo mucho que sea suficiente para revertir la intención de voto a favor de Morena y sus aliados. Sin embargo, la moneda sigue en el aire.
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¿QUÉ TANTAS POSIBILIDADES TIENE…

“OJOS CIUDADANOS”, DEL PERIODISTA JOSÉ MARTÍN PÉREZ RODRÍGUEZ//MUNDOMAGAZZINE

«Dicen que para meter el gol hay que estar en la cancha», Víctor Mercado Salgado se encuentra dentro de la jugada.

El candidato o candidata de Morena, PT y PVEM a la Gubernatura de Morelos depende en gran medida de los acuerdos que se hagan a nivel nacional, porque se empatan las elecciones a Presidente de la República, de nueve gobernadores y la renovación de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión.

El objetivo de Andrés Manuel López Obrador es que haya continuidad para que se consolide la 4T y por eso requiere de sus aliados PT y PVEM.

También, la designación depende en un momento del acuerdo entre el Presidente de la República y el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien ha dado a conocer su intención de participar en la elección por el Gobierno de la CDMX.

«El Wero» es uno de los estandartes de Cuauhtémoc Blanco.

«El Wero» es originario de Morelos, su familia reside en la entidad, los negocios que tiene están en Cuernavaca y su Zona Metropolitana y sus estudios los ha cursado en la entidad.

«El Wero» cuenta con

gran experiencia en el servicio público y la sociedad morelense tiene la oportunidad de valorar su gestión.

¿Qué tanta oportunidad tendría la coalición electoral de Morena-PT-PVEM de lograr el triunfo con «El Wero» en las elecciones del próximo año?

Ésta es una pregunta muy importante para los que deberán tomar la decisión, porque se requiere a un candidato o candidata que le sume a la coalición y que no le reste. O sea, se tendrán que valorar los positivos y negativos.

Lo.que es un hecho es que «El Wero» se encuentra en el ánimo de los morelenses, lo que se ha demostrado durante reuniones y giras en las que acompaña al gobernador Cuauhtémoc Blanco, así como en las reuniones que él encabeza con diferentes sectores de sociedad.

«El Wero» no se confía y como todo jugador profesional entrena y se prepara todos los días, no hay descanso y siempre está alerta, lo cual es parte de su naturaleza. Esta podría ser la diferencia con otros aspirantes.

Violencia política

PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Una de las recomendaciones que escuché hace muchos años, cuando siendo muy jovencito empecé a conocer a destacados políticos de ese entonces, la mayoría de ellos ahora ya fallecidos fue que para entrar a la vida pública “hay que tener la epidermis muy gruesa, porque si la tienes delgada los insultos y las calumnias terminarán en violencia.”

Los insultos, por un lado, son expresiones que se usan para ofender o humillar, ya bien a personas o colectivos. Por otro lado, las calumnias son imputaciones o acusaciones, a sabiendas de que son falsas, y tienen por objeto mancillar la honorabilidad de la persona acusada.

Las leyes mexicanas contemplan circunstancias de modo, tiempo, lugar y propósito en que los insultos y las calumnias constituyen delitos sancionables, según su gravedad y los daños que provoquen. Sin embargo, en el medio político, es muy usual escuchar ambas sin que haya mayores consecuencias, pues en lugar de denunciar prefieren aprovechar el momento para entablar batallas discursivas y mediáticas, con las cuales ganen notoriedad. Algo así como “el que se lleva se aguanta”.

Pero eso no ha sido así por cuanto hace a los insultos y las calumnias en temas de género, porque ahí sí son cada vez más las denuncias, los procesos legales abiertos y las sanciones aplicadas contra quienes encuadran sus dichos en la comisión de algún tipo de violencia política contra las mujeres. Cada vez son más las denuncias que en ese sentido proceden en los tribunales y culminan en castigos aplicados a los infractores.

Ahora bien, el otro concepto, el de la violencia, concebida como agresión al través del uso de la fuerza, el poder o la amenaza, que tiene como resultado daños de diverso tipo, entre otros, psicológicos, físicos o económicos.

Los insultos y las calumnias forman parte del ejercicio de la violencia política. Los más cobardes los profieren en ausencia de la persona afectada. No dan la cara, son hipócritas y miedosos. Los temerarios hacen gala pública de su ignorancia acerca de lo que están haciendo y se arriesgan a ser denunciados por las personas a las que afecten.

Se supone, pero sólo en teoría, que las sociedades deberían caminar más hacia la civilidad y menos a la violencia. Más hacia la solución pacífica de las controversias y menos al encono. Y sí hay países y estados que lo han logrado, cuyos indicadores son muy bajos en comparación con el resto. Lamentablemente, ese no es el caso de México.

En los últimos meses hemos visto cómo el propio presidente de la República insulta y calumnia a quienes considera sus adversarios. Andrés Manuel López Obrador se burló de un premio internacional que fue entregado a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Dra. Norma Piña. Minimizó el reconocimiento hecho a su trayectoria, logros y preparación. Trató de ridiculizarla en su mañanera. Este hecho, junto con todos los demás ataques ya han despertado la furia de los fanáticos, cuya violencia está pasando de las redes sociales a las calles.

Si el presidente tiene la epidermis tan delgada que cualquier crítica o señalamiento lo lleva a la ira y no contiene la violencia verbal y la radicalización que lo ha caracterizado en estos últimos años, las expectativas no son nada halagüeñas. Yo creo que la mayoría de los mexicanos no queremos más violencia, todo lo contrario. Sólo nos queda esperar que se trate de errores y no de una estrategia perfectamente premeditada de Andrés Manuel.

Y para iniciados

Las voces sobre la salida del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, se multiplican en los corrillos políticos. Que si el derecho de silla, si será con licencia temporal o separación definitiva, si ya están formando equipos al interior de su gobierno y sus operadores para repartirse lo que queda del botín, de a quiénes va a quedar la papa caliente de entregar cuentas y enfrentar las elecciones, están pasando a segundo plano. Ya lo que quieren, seguidores y detractores, es que se vaya. Esperan con ansias el banderazo desde Palacio Nacional para apropiarse de los espacios de poder que habrán de estar en juego.

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Reconstrucción del sistema

PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

He sostenido en diversas ocasiones que el sistema político mexicano no ha cambiado de fondo, que la cultura política en México sigue siendo esencialmente la misma que se formó durante el siglo pasado y que los cambios propuestos por el presidente de la República, mismos que no ha logrado, no han estado encaminados a mejorar la calidad de nuestro sistema democrático, sino a la concentración del poder y al abaratamiento de los costos de la democracia.

Durante la época de esplendor del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional fueron germinando movimientos sociales y políticos que cayeron en la cuenta de que el sistema necesitaba de controles para conservar el statu quo. Hubo mucha resistencia para aceptar los cambios que las oposiciones exigían al diseño de las instituciones, a las reglas de la competencia electoral, a poner límites a la intromisión de los gobiernos en los procesos electorales y al uso de recursos públicos o de proveniencia ilícita.

Con el tiempo, las élites del poder aceptaron incorporar reformas en diversos sentidos, desde 1977, justo en el inicio del gobierno del último de los más claros representantes del populismo priista, José López Portillo. Pero no lo hicieron por auténticas convicciones, sino porque la situación y el descrédito del sistema, democrático en la forma y autoritario en el fondo, era una realidad sabida dentro y fuera del país. Se requería oxigenarlo para darle mayor tiempo de vida y reducir los riesgos de un estallido social. Y así lo hicieron.

Las cúpulas del sistema estuvieron dispuestas a llevar adelante ciertas reformas, tratando que calcular que el control de los votos a su favor siguiera dándoles una mayoría relativa, aunque ya no la aplastante mayoría absoluta con la que contaban antaño. Y así fue, hasta que el control de las elecciones en 1996 dejó de estar en manos del gobierno, al dotar de plena autonomía al Instituto Federal Electoral.

Tanto así que, en la siguiente elección, la del 2000, el PRI perdió la presidencia de la República. De entonces para acá, todos los presidentes han buscado volver a tener el control, pero no lo han conseguido. Ni Andrés Manuel López Obrador ha podido dominar como lo hizo el PRI en sus mejores tiempos, pero vaya que lo ha intentado y lo seguirá intentando.

Se acerca ya el momento en que habrá de tomarse una determinación fundamental: la selección del la candidata o candidato de Morena a la presidencia de México. López Obrador dejó abierta la puerta a la posibilidad de alcanzar un acuerdo político para evitar la división al interior de su partido. Y aunque esa fuera la vía, de todas formas, podría haber una encuesta, que diera soporte a Andrés Manuel para apoyar a una de sus corcholatas.

La reconstrucción del sistema hegemónico no ha sido posible para el presidente, para ello necesitaría obtener la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso de la Unión en las próximas elecciones. Pero como la cultura política prevaleciente al interior de los partidos sigue siendo la misma, querrá tener en sus manos el nombramiento de su sucesor, aunque no necesariamente sea el que él quiera, sino el que más convenga a su proyecto político.

Y para iniciados

Desafortunadas declaraciones de Evelia Flores Hernández, la titular del SAPAC, muy de abogado metido al litigio en medios de comunicación, dando una conferencia de prensa sobre aquello que debe ser resuelto por los tribunales. Bastaba con anunciar que tomarán las medidas legales que correspondan, pero a quién le importa si ella o ellos se dicen sorprendidos y sienten desencanto.

Si le provoca molestia y preocupación, tal como lo dijo ayer, y si pide o no explicaciones al Fiscal Anticorrupción, sobre lo que llamó la “liberación parcial” del ex alcalde Francisco Antonio Villalobos Adán, es una cuestión de apreciaciones personales, y son expresiones inapropiadas para una funcionaria pública que parece estar evadiendo, echando una cortina de humo, sobre su incapacidad para resolver los graves problemas que padecen los ciudadanos de la capital por la falta de surtimiento eficiente de agua potable.

Y, ya de paso, en otro tema, ¿vieron la mañanera de hoy? Otra vez pan y circo, mucho, mucho circo. El populista haciendo lo que mejor sabe hacer, populismo, claro, y evadiendo responder por todas las corruptelas que se han ido descubriendo en su gobierno.

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