Perspectiva

Por Marcos Pineda

La buena voluntad no basta para crear y regenerar un sistema político que por décadas estuvo plagado de corrupción, contubernios y tráfico de influencias. Hace falta más. De la misma manera, celebramos que haya democracia y que finalmente los votos de los ciudadanos sean los que definan a los ganadores de las elecciones, pero tampoco es suficiente la democracia para producir buenos gobiernos. Hace falta más.

Si seguimos la antigua máxima de que “como es arriba es abajo”, es fácil percatarse de la titánica tarea que enfrenta el gobierno federal para limpiar las instituciones de la escoria administrativa y política que la mantuvo en el statu quo de la impunidad y la corrupción. También es una lucha que deben enfrentar los gobiernos locales, so pena de quedarse rezagados, de no marchar al mismo ritmo e incluso de volverse cómplices de los que quieren que se conserven las viejas prácticas de simulación en el ejercicio de la gestión pública.

Dos casos ilustran con claridad este tema: la estela de corrupción internacional de Oderbertch, que alcanzaría al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, y la denominada “Estafa maestra”, una intrincada red de complicidades que llegaría hasta la en otros tiempos ya señalada, Rosario Robles. En ambos casos podría incluso llegar demostrarse responsabilidad del ex presidente Enrique Peña Nieto y de una gran cantidad de funcionarios de su administración, de administraciones estatales y hasta de órganos autónomos, universidades públicas, así como individuos de la iniciativa privada.

También en el Poder Judicial y el Ejecutivo habrá investigaciones y una limpia de aquellos que se hayan prestado de alguna manera a la corrupción.

Si allá arriba se está haciendo todo esto ¿por qué abajo no? ¿Por qué en la administración local parece que toda investigación camina a paso lento, a marchas forzadas, y los resultados se están dando a cuenta gotas? ¿Por qué no se ha iniciado una limpia de quienes se hayan prestado en otros tiempos a la corrupción? ¿No será que esos mismos están interviniendo para frenar los avances en las investigaciones y la elaboración de las carpetas que tendrían que judicializarse?

Cuauhtémoc Blanco llegó con el voto mayoritario a gobernador, pero esa democracia no es suficiente. Debe darse cuenta de que todavía tiene enemigos en casa y que otros lo están traicionando para lograr sus objetivos personales, que están haciendo negocios a sus espaldas e impidiendo que se sepa cómo es que se obstaculizan las actuales investigaciones y se están encubriendo las corruptelas dentro de su administración. Le urge hacer una limpia al interior.

Para iniciados
En el Colegio de Bachilleres están ocurriendo desde la llegada de la nueva administración una serie de despidos de personal y cuestionables manejos administrativos. Suman ya nueve mujeres despedidas bajo oscuras circunstancias. Parece que la responsabilidad es de un brazo ejecutor bien posicionado en el gobierno estatal. Seguiremos investigando para informar en este espacio para los iniciados.

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