¿Qué pasaría, sí las campañas electorales de 2021 inician en semáforo rojo?

Francisco Hurtado Delgado

De manera insistente he reiterado en la importancia de establecer mecanismos digitales, para celebrar comicios electorales ante los efectos que está ocasionando la pandemia del COVID-19. En esta nueva realidad el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya ha instalado mecanismos para atender juicios electorales en línea. Pero no tenemos la certeza cuándo entrará en vigencia el semáforo verde, y menos que color habrá cuando inicien las campañas electorales y cuando sea la jornada electoral. ¿A qué situación nos podemos enfrentar?

Es del conocimiento público que el virus conocido como COVID-19, como señala el epidemiólogo Neil Ferguson del Imperial College de Londres, al momento no hay medicamentos para su tratamiento ni vacuna que lo prevenga. Su contagio es muy peligroso no tan solo para México sino en todo el mundo. José Ramón Cossío, Ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, expresa que es necesario generar una acción extraordinaria en materia de salubridad pública, para que la administración ejecute todas las herramientas legales que le permitan movilizar recursos y personal, con la finalidad de atender adecuadamente esta emergencia sanitaria.

Lo anterior, es un manifiesto de lo urgente y necesario que es implementar con exigencia nuevos mecanismos de protección a la salud de la ciudadanía, misma que acudirá a las urnas para elegir a sus gobernantes en la jornada electoral 2021. Los datos y consecuencias de esta pandemia son impactantes y no se duda que perjudicará a muchos mexicanos, sí, pero sus efectos sociales y en materia de salud, serán más dañinos para quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad como son: mujeres víctimas de violencia de género, personas adultas mayores, migrantes y personas en situación de calle; la comunidad LGBTQ y quienes trabajan en el sector salud o se dedican al comercio informal. Forman parte también de estos grupos los trabajadores y trabajadoras que no pueden dejar de laborar para tener un ingreso, los que no tienen prestaciones de seguridad social y aquellos que están a punto de perder su empleo o viven con esa incertidumbre. El panorama parece desolador.

Termino señalando, que este proceso electoral tendrá muchas aristas, y lo mejor que nos podría pasar es que la ciudadanía conserve al cien por ciento su salud y pueda ejercer con toda su responsabilidad su voto. Y, por último, reitero que es posible establecer mecanismos para proyectar el voto de manera digital, sin embargo, habrá que considerar que el tiempo para modificar leyes electorales ha concluido, en virtud que los 90 días antes del proceso, como cita la ley, han fenecido; pero se podrían realizar los acuerdos necesarios en los consejos electorales con la aceptación de los partidos políticos, tomando en cuenta la emergencia sanitaria que estamos viviendo y con el compromiso social de fortalecer y resguardar nuestra democracia.

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