Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda

Algunas ocasiones resulta un tanto difícil distinguir las verdaderas intenciones de los políticos. Perece que están haciendo algo, bueno, malo o inocuo, pero pasan desapercibidas sus verdaderas intenciones. Hasta que abren su juego y muestran las cartas que mantenían ocultas nos llegamos dar cuenta de lo que pretendían en realidad. Otras veces, resultan tan burdos sus discursos que de inmediato nos percatamos de que algo no cuadra entre lo que dicen y lo que hacen, y analizando algunos elementos del entorno podemos concluir con relativa facilidad que nos están nos están queriendo pintar una realidad maquillada, simulando o de plano mintiendo.
Y aunque el pueblo no lo manifieste de manera cotidiana y la opinión pública no trate el tema de la confianza y la credibilidad que tiene o no en los políticos, es de sobra sabido que en nuestro país se les tiene mayormente a estos políticos por mentirosos e hipócritas, que hablan y juegan con dobles intenciones, por lo que poco se le puede confiar o creer. Peo sí podemos tener ese pulso a través de las encuestas, como se ha hecho ya a lo largo de varias décadas.
De acuerdo con los datos más recientes de nuestras mediciones, en el estado de Morelos, descontando a los pocos que no quisieron externar su opinión o no supieron qué contestar a las preguntas de, primero, si confían o no en lo políticos, y luego, de entre quienes dijeron que sí confían en ellos, qué tanto, si mucho, poco o nada, los resultados fueron los siguientes: En términos generales, el 65% dijo que no confía en los políticos y el 35% que sí confía. Y qué tanto confiamos en ellos, pues la mayoría de los entrevistados que dijeron que sí confían en los políticos, es decir, el 58%, dijo que confía poco, el 32 algo y sólo el 10% que confía mucho.
Todavía resulta peor la percepción que tienen de los políticos los ciudadanos cuando les preguntamos qué tanto les creen. Resulta que el 70% manifestó que no le cree nada, el 25% les cree poco, y un muy reducido 5% les cree mucho. Y, por cierto, también preguntamos qué tanto le creen al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, y se llevó una cifra récord: 80% de los morelenses contestó que no le cree nada.
Con estos estos resultados nos parece muy clara la crisis de confianza y credibilidad en que se encuentran los políticos morelenses, comenzando por el propio gobernador, pero crisis de la que no se escapan los demás, ni siquiera los de los partidos políticos nuevos o los que se dicen no tener partido y se presentan como independientes.
Esto es un problema para la actividad pública, las elecciones y la gestión de gobierno. Sin embargo, lo es todavía más el que los políticos no se den cuenta que los ciudadanos no les creen ni confían en ellos, puesto que al no darse cuenta siguen actuando como si cada una de las declaraciones que hacen fueran a ser tomadas en cuenta, en serio y como verdades, cuando en realidad los ciudadanos se percatan de sus mentiras. Y eso les acarrea una mayor percepción negativa. Son al mismo tiempo engañadores y engañados, se engañan hasta a sí mismos.
Muestra de ello es lo que ocurrió con el discurso que pronunció López Obrador en su más reciente visita al estado de Morelos, en la que no sólo ensalzó y refrendó su apoyo al gobernador Cuauhtémoc Blanco, sino además dijo que es víctima, que lo han atacado porque está haciendo las cosas bien. Lo que dijo el presidente fue mentira, ya sea porque desconoce la realidad que viven los morelenses o porque aun sabiendo quiso apoyar políticamente a su aliado, el ex ídolo del fútbol. Como sea, mayormente el pueblo se dio cuenta de la mentira, porque no es cierto que Cuauhtémoc esté haciendo un buen gobierno, como lo muestran todas las encuestas, la que usted me diga, hecha por quien usted me diga. En todas sale como el peor gobernador de México. Así, el costo en credibilidad y confianza, de un discurso con estos contenidos es elevado.

Para iniciados
Ya se perfila la crisis política en los Estados Unidos con un presidente Trump a 6 votos electorales de perder la contienda. Las comunidades de Las Vegas y Reno, que forman parte del estado de Nevada, son la clave para saber si se confirma el triunfo de Biden en las próximas horas. Será muy probablemente mañana cuando el colegio electoral de ese estado dé a conocer los resultados. Mientras tanto, no sabemos quién haya sugerido a Donald desconocer los resultados, decirse víctima de un fraude, llamar a la movilización de sus seguidores y exigir el recuento voto por voto y casilla por casilla. No sé a usted, pero como que a mí me suena.
Excelente jueves.
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