Inicié parafraseando el título de la magnífica obra de Gabriel García Márquez, El general en su laberinto, publicada en 1989, para retomar no su contenido histórico ni tampoco el introspectivo sobre la vida de Simón Bolívar, sino simplemente esas dos palabras: general y laberinto, a propósito de la rueda de prensa ofrecida el día de ayer por Alfonso Duarte Múgica, de la que se desprende su intención de contender por la gubernatura de Morelos, bajo las siglas de Movimiento Ciudadano.
Se trata de un general de división en retiro que tuvo la responsabilidad de la lucha contra los cárteles de las drogas en distintos momentos, tanto con amplios reconocimientos a su labor como con las usuales críticas y señalamientos, propios de ese complicado entorno.
En su búsqueda de la candidatura local entró a un laberinto, al que no ha sido fácil encontrarle la salida. Lo primero, contar con el visto bueno de las máximas autoridades castrenses, pues cuando se ha vivido toda la vida bajo la disciplina y la lealtad que distinguen al ejército mexicano, no puede ser de otra manera. En ese sentido, recibió la aprobación y el reconocimiento expreso de su derecho a participar en la contienda electoral.
Descartada, de antemano, la posibilidad de que las puertas le fueran abiertas en el partido oficial, en un inicio intentó perfilarse como posible candidato de la alianza opositora “Va por Morelos”. Algunas publicaciones locales y muy contadas, pero estratégicas notas y columnas en medios de amplio reconocimiento, mencionaron las aspiraciones de Duarte Múgica.
Aunque ha dado algunas entrevistas a medios de comunicación e hizo acto de presencia en reuniones públicas, convocadas por los partidos miembros del FAM, no han sido suficientes para revertir la principal crítica que se le hace: es poco conocido en la entidad. Y, para efectos prácticos, tener suficientes puntos de conocimiento es indispensable en la construcción de una candidatura competitiva.
El discurso pronunciado ayer por el general expone la salida del laberinto al que ingresó, hace apenas unos meses. Consta esencialmente de tres partes. La primera es el análisis de las condiciones en que se encuentra Morelos. Nada nuevo, pero sí enfático en la crisis que vive la entidad, en todos sentidos. La segunda, una severa crítica tanto al oficialismo morenista como al Frente opositor, buscando posicionarse como una opción opositora de verdad, auténtica y sin ser partícipe de simulaciones. Y la tercera, el anuncio de que Movimiento ciudadano le ha abierto las puertas y él ha decidido vestirse de naranja.
La salida naranja al laberinto de la búsqueda por ser nominado para gobernador es la apuesta definitiva del general, pues ya cuenta con el visto bueno y el respaldo de Dante Delgado y del consejo técnico de MC. Ahora bien, el tamaño del reto es gigantesco. La estrategia para sumar los puntos que ya trae el partido con los que aporte una candidatura fresca, que no es otro de los de siempre, cuyo perfil se distinguirá por completo de los demás, requerirá de un esfuerzo de tejido fino, más en aire que en tierra, pero que debe tomar en cuenta que ya sólo faltan nueve meses para la jornada electoral. Amarrada esta candidatura para MC, el 2 de junio de 2024, con el general Alfonso Duarte, los de enfrente podrían llevarse un susto de color naranja.
Y para iniciados:
Tal como lo anticipamos, todos los inscritos que cumplieron con los requisitos de la convocatoria de Morena irán a la encuesta de reconocimiento. Incluso, hasta en la cantidad de nombres integrados, nuestra prospectiva fue muy cercana. No hay nadie excluido. De ahí saldrán, a más tardar el 30 de octubre, entre seis y ocho perfiles que serán medidos en la encuesta final, la de preferencias. Esta semana deberán tenerse noticias por parte de la Comisión Nacional de Elecciones, en voz de Mario Delgado, sobre esta primera medición. Más adelante dedicaré una colaboración específica a este tema, porque, como también lo anticipé, tiene tanto ventajas como riesgos para los principales aspirantes.
La información es PODER!!!