Ulises Nájera en la voz y Francisco Ocampo en el bajo quinto –Instrumento propiedad de don Fermín Bello– ofrecieron un concierto de trova suriana el pasado miércoles 28 de febrero en la Sala Manuel M. Ponce del Centro Cultural Jardín Borda, actividad enmarcada dentro de la Noche de Museos, y que fue el preámbulo de la inauguración de la exposición “La Ruta del Bajo Quinto” en el Museo Morelense de Arte Popular.

Antes de iniciar la presentación Ulises Nájera comentó: “La trova suriana, que tiene tanto arraigo en nuestra región y fue parte muy importante en diversos periodos históricos entre ellos el Revolucionario, aquí estuvo el corridista más importante de la Revolución del Sur, Marciano Silva, y hemos preparado un pequeño repertorio para deleitarlos a ustedes”.

Por su parte, Francisco Ocampo afirmó: “Vamos a empezar con una canción muy peculiar y a capela, en donde no necesitamos el bajo quinto, hace mucho tiempo se la escuché a Chico Gutiérrez y se llama ‘El duelo a Eliseo Guadarrama’, esperamos que sea de su agrado”.

La exposición “La Ruta del Bajo Quinto”, así como diversas actividades que se estarán desarrollando alrededor de ella, es un homenaje a uno de los grandes corridistas que recientemente acaba de fallecer: “Don Malaquías Flores, por eso quisimos iniciar con este corrido, que es un duelo, –‘Himno con forma métrica’ aseguró entre los asistentes la maestra Luz María Robles–, que tiene la estructura de un canto de iglesia, ya que en el pasado la mayoría de los corridistas estaban muy enfocados en el ámbito religioso, cantaban en las iglesias, en los funerales, en los entierros, en los nacimientos”, aseguró Ocampo.

Durante su participación Ulises Nájera rememoró: “Ingresamos al corrido por tradición. Recuerdo que cuando era niño, en Tezoyuca, que es un pueblito, que está al sur de Morelos, en las faldas de la Sierra de Montenegro. A mi abuelo prácticamente le tocó refundar el pueblo, fue revolucionario, recuerdo perfectamente que de vez en cuando, sin nada que hacer, empezaba a cantar, después descubrí que no tenía solamente dos o tres canciones, por la estructura de lo que cantaba, tiempo después supe que eran sinfonías, que son pequeñas piezas un tanto chuscas y se utilizan para cortar con la monotonía de los corridos largos como ‘La muerte del general Emiliano Zapata’ de Marciano Silva que dura como media hora”.

Durante su participación, en donde intercalaron interpretaciones en la voz, ejecutaron un saludo, corridos de amor como “Palomita de mi corazón” de Enasio y Virgilio Sánchez de Tepalcingo, un danzón/corrido y terminaron con “Biografía del Universo”, escrito por el hermano de Ulises.

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