Perspectiva Electoral

Por Marcos Pineda

En cuanto se dieron a conocer los avances de los resultados en el conteo de votos de las elecciones del pasado domingo, favoreciendo mayormente al PRI y dejando en una muy mala posición a Morena, en términos generales, dio comienzo una discusión sobre si ganó el PRI porque haya hecho un buen trabajo político, una campaña convincente, buenos gobiernos en Coahuila e Hidalgo, presentado buenos candidatos o de plano comprado las conciencias de los electores con las artimañas que ya le son bien conocidas o si en realidad se trató más de una derrota de Morena, producto de varios factores que juegan en su contra.

Varias encuestas previas daban la ventaja a Morena como partido. Y eso es perfectamente explicable desde un punto de vista técnico, cuando la marca, el nombre del partido y la popularidad del presidente hacen que en público o en las entrevistas el posible votante se incline más a responder que va con partido del presidente porque cree que eso es lo que más le conviene decir en ese momento.

Ya después son otros los mecanismos que operan en su conciencia, sea antes de las elecciones o a la hora de emitir su voto en la soledad de la urna, que lo llevan a tomar una decisión. Decisión que, de acuerdo con los teóricos de la elección racional, toma con base en lo que considera es la de mayor beneficio personal. Este mecanismo opera en los dos momentos referidos, cuando se le pide su opinión en una encuesta y cuando se le pide que deposite su voto.

Sólo a través de técnicas muy especializadas se puede evitar que haya sesgos de este tipo en los estudios demoscópicos. Las encuestadoras enfrentan cada vez mayor resistencia del elector a decir cuáles son sus preferencias políticas ya que se percibe un ambiente de polarización, descalificación y hasta linchamiento político contra quienes se atreven a manifestar que no aprueban al presidente o a su partido. Puede ser que el elector esté sintiendo en nuestros días que no es seguro manifestar su opinión de manera sincera y directa, sabe que puede hacerlo, pero siente que se arriesga a padecer algún tipo de señalamiento, represión o persecución ideológica. Y no porque crea que le vaya a pasar a él en lo particular, sino porque el ambiente que se ha generado en las mañaneras y en las redes sociales así se lo hacen presuponer. Opta por la decisión, de nuevo racional, de mejor no arriesgarse.

En cuanto a lo que corresponde a la actitud asumida por los priistas, que ya se sienten de vuelta en la contienda hacia el 2021, cuando había quienes antes del domingo les estaban pronosticando todavía una mayor caída electoral, por supuesto que tienen motivo para festejar, pero allá en donde o siguen siendo el partido en el poder o donde han vuelto a tenerlo luego de haberlo perdido. En otras entidades de la República donde la vocación anti priista se ha enraizado al paso de los años, donde saben que su participación no llega desde hace sexenios a más que la lucha por obtener algunas posiciones menores, que remonten y sigan la ruta de Hidalgo se ve algo más que difícil.

 Si ganó el PRI o perdió Morena es un buen tema para analizarlo cuantitativamente, según los distintos factores que influyeron en la decisión de los votantes. Lo que importa ahora es que estas elecciones demostraron que la marca Morena, con todo y la popularidad de presidente de la República, no es suficiente para ganar en automático una elección competida.

Para iniciados

No puede menos que provocar cierto sonrojo el escuchar a los priistas morelenses asumiendo los triunfos de su partido allá en Hidalgo y Coahuila como si fueran triunfos de ellos mismos. Ese sentido de pertenencia partidaria que los caracteriza les hace mucha falta, porque los activos electorales que en la contienda de 2018 le sirvieron para obtener algunos regidores y una diputación plurinominal o ya se les fueron o seles están yendo a otros partidos o bien preferirán salir como independientes, porque al menos en Morelos el PRI está muy, pero muy mal posicionado en el ánimo de los electores, lo que debería reflexionar la actual dirigencia estatal para no cometer otra vez los errores que los han llevado a la cuarta o quinta posición.

Excelente martes.

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