Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda

Uno de esos acontecimientos que se antojan insólitos en la política electoral ocurrió ayer en la conferencia de prensa del nuevo partido, Movimiento Alternativa Social (MAS), cuya presidenta formal es Ana Bertha Haro y donde Enrique Paredes funge como secretario general. Presentaron a Matías Nazario como nuevo afiliado de ese partido.
Lo inédito e insólito no radica en que un personaje, al paso de los años diputado federal y local por la vía plurinominal, tras una larga militancia priista y habiendo ocupado diversos cargos en la administración pública y participado en áreas estratégicas de recientes campañas electorales, haya por fin formalizado su renuncia al PRI y se afilie a un nuevo partido político. Eso ni siquiera despierta mucho interés.
Lo que llamó poderosamente la atención de los observadores de la política local fue el hecho de que Matías Nazario Morales, de origen oaxaqueño, fuera presentado como un nuevo afiliado al partido que fundó junto con Paredes y Haro. Incluso, Enrique Paredes mencionó que les costó mucho trabajo convencerlo de que se afiliara.
De inmediato, los conocedores de la política partidaria local comenzaron a cuestionar e ironizar en redes sociales sobre la lógica para entender ¿Cómo es que se presenta en calidad de nuevo afiliado a un personaje que durante todo el año pasado fue mencionado en repetidas ocasiones como uno de los principales promotores en la creación del MAS?
Son muchos los testimonios de diferentes líderes sociales que se reunieron con Matías, quien los invitó a coadyuvar en el proceso de afiliación y realización de las asambleas necesarias por ley para lograr el registro de un nuevo partido. Con algunos tuvo éxito y con otros no, algunos sí lo apoyaron y otros no. Y aunque públicamente quien daba la cara y encabezaba los trabajos de afiliación y representación del naciente organismo partidario fue Enrique Paredes, cada vez se hizo más sabido que tras bambalinas se encontraba Nazario. La versión de que él era el dueño, el de la iniciativa, el mecenas y el operador estratégico del MAS cobró tanta fuerza que nadie se ha atrevido a desmentir públicamente tal versión.
En el PRI ya esperaban la formalización de su renuncia, claro, una vez que se hubiese conseguido el reconocimiento legal por parte de la autoridad en materia electoral, porque antes representaba un grave riesgo soltar una liana sin haberse afianzado a la siguiente, como sucede en ese columpio denominado “política partidaria”.
De manera implícita se dejó ver que la incorporación formal de Nazario Morales a las filas del MAS anuncia una próxima candidatura. Y aquí es donde viene un agregado al cuestionamiento sobre la incongruencia con la que está iniciando su vida activa el MAS: si es un afiliado nuevo ¿no debería formarse primero en la fila y hacer méritos para aspirar a una candidatura? ¿No deberían ser tomados en cuenta primero los promotores de la creación del MAS y luego los recién llegados?

Y para iniciados
Por supuesto que el anuncio de la afiliación de Matías Nazario al MAS tiene la intención de sumar, ahora ya públicamente, el capital político que suponen tiene. Corren en el MAS el riesgo de estar sobredimensionando el peso electoral de lo que quisieron presentar como un nuevo activo electoral. La importancia política que tuvo Nazario dentro del PRI no está en duda. Pero sí su actual rentabilidad electoral. A reserva de incorporarlo en las próximas encuestas para saber cuánto pesa electoralmente en realidad, para muestra un botón: Un conocido portal dedicado a las noticias pagó publicidad ayer en redes sociales para promover la nota sobre la afiliación de Nazario al MAS. De cincuenta comentarios al respecto por parte de los usuarios que decidieron escribir, dos eran a favor de Matías y en reconocimiento a su persona. Los demás, la inmensa mayoría, consistían en duras críticas, señalamientos y hasta mordaces insultos. Ése fue su estreno públicamente en el MAS.
Excelente martes.
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