PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

México corre el riesgo de una severa regresión en su sistema democrático. La reforma electoral propuesta por Morena no es producto de las sesudas aportaciones científicas y filosóficas de sus cualificados miembros, ni de sus legisladores, sino ha sido confeccionada bajo los dictados, literalmente, de Andrés Manuel López Obrador.
A diferencia de las reformas electorales, desde 1977 y hasta la de 2014, la que hoy se discute y analiza, no cuenta con propuestas y aportaciones que busquen cómo mejorar la calidad de la representación política, la credibilidad en las instituciones, la autonomía y eficiencia de los órganos electorales, sino tener su control, abaratar sus costos de operación y reducir las posibilidades de representación de las minorías en favor del partido mayoritario, o sea, de Morena, porque apuestan a perpetuarse en el poder.
Las líneas estratégicas de la propuesta de reforma de AMLO son: Primero, sustituir al INE por el INEC, es decir, por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, integrado por consejeros electos por voto popular, propuestos de la siguiente manera: 20 por Andrés Manuel, 20 por la Suprema Corte de Justicia y 20 por el Congreso de la Unión, reduciendo su número de 11 a 7 y bajando su período de funciones de nueve a seis años.
Segundo, que el INEC y el Tribunal Electoral absorban las funciones de los correspondientes órganos locales, lo que podría ser discutible en términos constitucionales y operativos, además de que los integrantes del tribunal también deberán ser electos por votación nacional, sólo que el presidente propondría a 10, la corte y el Congreso a otros 10, cada uno, y el periodo para el que sean electos se reduzca a dos años. Tendríamos, entonces, elecciones nacionales para magistrados electorales, cada dos años y cada seis para consejeros electorales.
Tercero, la eliminación de los plurinominales. En el caso del Senado de la República, sí es una reforma que corrige a la anterior, al restaurar el equilibrio en la representación de los estados y permitir que las minorías también tengan voz y voto en ese órgano republicano, porque se mantiene una curul por estado para la denominada “primera minoría”, es decir, para el partido o coalición que haya quedado en el segundo lugar de las votaciones. Pero, los afectados serían los partidos minoritarios. Se quedarían sin representación y estarían condenados a desaparecer, al extinguirse los diputados plurinominales en la Cámara baja.
El tema de los plurinominales merece un tratamiento aparte, porque el asunto no es un tema únicamente de recursos, sino de la posibilidad de que las minorías estén debidamente representadas y eso pasa por el análisis de todos los avances que se han logrado en materia de paridad de género e inclusión de los grupos vulnerables y comunidades étnicas. Los actuales reglamentos serían incompatibles con esa nueva legislación y habría que echar para atrás las aspiraciones y logros hasta hoy obtenidos. Se trata de un modelo de representación, un diseño institucional, que tendría profundos efectos electorales.

Y para iniciados
Reconoció no saber, no haber leído, no tener idea sobre el contenido del paquete presupuestario para el 2023. Pero eso sí, lo descalificó de antemano. Acusó a los diputados que lo aprobaron de un intento para desestabilizar a su gobierno y favorecer amigos. Sin embargo, dijo que lo analizarían, con lo que dejó abierta la posibilidad de vetarlo, de acuerdo con sus facultades legales.
El fondo, la verdadera causa de la molestia de Cuauhtémoc Blanco Bravo, es que fue eliminada la cláusula que le permitiría seguir transfiriendo los recursos de unas partidas a otras, sin tener que pedir autorización a nadie, como lo ha hecho los últimos cuatro años.
Vetarlo e intentar que no haya presupuesto aprobado es su mejor opción, porque así entraría en vigor en enero, otra vez, el presupuesto de 2019 y continuaría la vigencia de la libre transferencia. Pero no se engañen, no es porque sea lo mejor para el Estado, sino para que pueda seguir haciendo uso del presupuesto a su completo y absoluto antojo.
La información es PODER!!!

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