Perspectiva

Por Marcos Pineda

El malestar de las mujeres por la violencia en contra suya, que se ha venido incrementando en los últimos meses, está más que justificado. Las desapariciones forzadas, los feminicidios, las agresiones físicas, psicológicas, patrimoniales, sexuales y demás denunciadas o no denunciadas laceran e indignan. Las víctimas son reales por más que el gobierno se empeñe en minimizar estos hechos. Sus familiares y amigos son testigos fieles de la indolencia gubernamental y la apatía con que es tratado el tema.

Promesas y disculpas como las del Vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros son, a la vista, insuficientes. El gobierno y sus instituciones están rebasados, no atinan a estructurar una política pública, planes y programas de prevención y combate a la violencia contra la mujer. Ejemplos de ello son la Comisión Estatal de Atención a Víctimas, los institutos de la mujer en la entidad y los municipios y la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos. Ni los resultados de todas estas estructuras burocráticas juntas son suficientes para decir que ha habido logros en la materia. Por el contrario, caminan por separado. No están articuladas en torno a políticas y objetivos comunes.

Es hipócrita de parte de quienes encabezan las instituciones mencionadas el justificar el cobro de sus salarios llevando cabo algunas pláticas, conferencias y presentándose en las reuniones públicas donde no buscan más que fortalecer sus relaciones políticas y su imagen personal, y luego decir que carecen de recursos suficientes para llevar a cabo acciones concretas de combate a la violencia contra la mujer.

En suma, la política de combate a la violencia contra la mujer es un fracaso.

Pronto se llevará a cabo la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, habrá voces que pedirán con sinceridad y urgencia que ya se haga algo al respecto, otras que querrán protagonizar y ganar reflectores usando tragedias personales o ajenas, y funcionarios públicos que harán como que las escuchan y empatizan con ellas, quizá presenten algún programa o propuesta para quedar bien, ganar aplausos, pero que poco esperamos en realidad de lo que efectivamente puedan hacer.

Hay que hacer hincapié en que muchas mujeres no se han sumado a las protestas y manifestaciones, debido precisamente a que temen por su integridad y su seguridad, pero de que también estás hartas, lo están.

Para iniciados
El gobierno de Cuauhtémoc Blanco, en voz de José Manuel Sanz Rivera, se apresuró a decir que el asunto de la termoeléctrica de Huexca era un asunto federal, que ellos no tenían vela en el entierro. Sin embargo, el que parece vice gobernador segundo, casi todo poderoso súper delegado Hugo Éric Flores Cervantes, ya puso a trabajar al gabinete del ex futbolista de profesión para que den a conocer las bondades y beneficios de la puesta en marcha de la termoeléctrica y convoquen a los morelenses a participar en la consulta que se llevará a cabo los días 23 y 24. Las mesas que se instalaron y a las que se convocó a los funcionarios del que llamaremos desde ahora “gabinete Blanco” no fueron para analizar nada, sino para darles instrucciones a los funcionarios locales, a fin de que impulsen el proyecto del gobierno federal, por órdenes de Flores Cervantes.

Hasta el secretario de Desarrollo Agropecuario, Guillermo López Ruvalcaba, quien antes decía ser defensor de los derechos del campesinado, ahora traiciona sus principios ideológicos y anda de promotor de la termoeléctrica, ocupando tiempo de su trabajo en el gobierno local para publicar en redes sociales la convocatoria a la consulta de este proyecto de corte federal.

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