Perspectiva Electoral
Por Marcos Pineda

Hace algunos años tuve la responsabilidad de representar a una organización política ante el entonces Instituto Federal Electoral, lo que me permitió reencontrar y volver a conversar con antiguos colegas de la UNAM, entre ellos mi estimado maestro y amigo, Mauricio Merino Huerta, quien se desempeñó como Consejero Electoral, cuando el Consejo General era presidido por José Woldenberg.
Luego de las profundas trasformaciones que se llevaron a cabo en el sistema electoral mexicano, Mauricio estaba convencido y así lo promovió e impulsó durante años, de la necesidad de convertir a las instituciones electorales, cada vez más en órganos técnicos y, cada vez menos en órganos políticos. Más sobre el que su función principal fuera contar votos y aplicar las leyes, y menos decisiones colegiadas de trascendencia política. En ese entonces, cuando todavía no existían los actuales mecanismos de fiscalización ni la Ley de Medios de Impugnación en materia Electoral, yo le agregaba a los planteamientos de Mauricio, que los órganos electorales contaban con atribuciones para discutir, pero carecían de capacidad de investigación y decisión para hacer que la ley se cumpliera. En términos coloquiales, que necesitaban dientes y colmillos. De otra manera, seguiría habiendo casos de quienes encontraran formas de burlar las leyes y disposiciones electorales, sin que las denuncias por tales actos fueran probadas y debidamente sancionadas. Es decir, seguiría habiendo impunidad en materia electoral.
Lamentablemente, la impunidad en materia electoral, como en otras áreas jurisdiccionales, sigue siendo una realidad. Un caso reciente lo ilustra a cabalidad la breve pero notable carrera política de Cuauhtémoc Blanco Bravo. Otro caso, que al parecer va por el mismo camino, es el de Jorge Argüelles Victorero. Ante la docilidad de la institución electoral, su falta de capacidad y atribuciones para investigar y tomar decisiones, el recién estrenado IMPEPAC, en el 2015, entonces presidido por la hoy defenestrada, Ana Isabel León Trueba, dejó pasar la candidatura de el hoy gobernador formal de Morelos, cuando es de dominio popular y está documentalmente demostrado, que no cumplía con los requisitos de residencia efectiva que la ley exigía. A la muy cuestionada constancia de residencia con la que se registró se le sumó después el escándalo mediático por las acusaciones de haberse alquilado como candidato por la suma de siete millones de pesos. Y no pasó nada, más que a la postre fuera removida León Trueba, pero “El Cuau» es ahora gobernador formal, aunque en la realidad él no gobierne y hayan sido otros los que le digan qué hacer y qué decir.
Un caso similar hoy se vuelve otro escándalo mediático, el de la constancia de residencia de Jorge Argüelles, que ya es objeto de señalamientos e impugnaciones, y quien pretende ser candidato por una coalición impuesta desde el centro a un rebelde, pero inerme, Morena local, y un dócil Nueva Alianza que, al carecer de cuadros políticos rentables, de intención de voto y simpatía suficientes para competir por sí solo, se conformará con lo que le den, con tal de hacer su intento de no perder el registro en las elecciones de este año.
Todo parece indicar que la supervivencia y los triunfos a que aspiran el PES y Nueva Alianza dependen ya no sólo de los votos de Morena y del respaldo de Andrés Manuel López Obrador, sino ahora también dependen de que las autoridades electorales no constaten que las denuncias sobre las irregularidades para obtener su constancia de residencia sean ciertas y, por tanto, no lo sancionen y le permitan competir el 6 de junio.
La pregunta es ¿seguirá habiendo docilidad y sumisión de las instituciones electorales o se esclarecerá este asunto, que a todas luces es de la mayor envergadura, por lo que podría representar para el futuro inmediato de Cuernavaca y del Estado de Morelos?
Y para iniciados…
Muy pocos sabían en Cuernavaca y en Morelos de la historia y trayectoria empresarial de Jorge Argüelles en Morelos, hasta que se integró al Comité Directivo Estatal del PRI, antes de las elecciones de 2018. Se hizo un tanto más conocido cuando dejó a ese partido para ser candidato del PES a diputado federal por el cuarto distrito, con cabecera en Jojutla. Luego su fama fue creciendo al acompañar y acercarse a Cuauhtémoc Blanco y su equipo, siendo nombrado presidente estatal del PES. Hoy lleva a cabo una intensa campaña de promoción para que no se le caiga la candidatura que le fue prometida por el presidente nacional de Morena, Mario Delgado. Si él y su equipo han llevado a cabo encuestas, deben estar desesperados, porque si bien ha crecido en puntos de conocimiento, al mismo tiempo han crecido mucho sus puntos negativos. Todo un caso que merece ser estudiado con seriedad y a fondo. Y si a eso le sumamos las dudas sobre la sobre forma en que obtuvo su constancia de residencia…
Excelente martes.
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