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Opinión

Agenda Político Jurídica

Por Alejandro Corona Marquina

Tal vez en poco tiempo, cuando en el diccionario busquemos una imagen o ilustración de la palabra corrupción, seguramente encontraremos una fotografía de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu. Sin embargo y para desgracia de todos los morelenses, él es el constructor de las corruptas instituciones que actualmente integran el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA).

Por cuestión de espacio, el tema lo abordaremos en entregas sucesivas para hablar a detalle de cómo Graco Ramírez se apoderó de todas y cada una de las instituciones involucradas en el SEA, mismas que -al modo del tabasqueño-, replicaron el modelo instruido a nivel nacional. Los pilares del sistema en Morelos, involucra a las siguientes instituciones públicas: Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción; Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF); Tribunal de Justicia Administrativa (TJA); Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE); Contraloría del Estado y la caricatura que sustituyó al Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia.

En esta entrega comenzaremos con el ocupante que por ley, ocupa la “séptima silla” del SEA, es decir el denominado Comité de Participación Ciudadana (CPC), que es -a diferencia de las instituciones señaladas en el párrafo anterior-, un órgano dentro del sistema que representa a la sociedad (en teoría) y por ello sus integrantes deberían estar apartados de todo vínculo partidista o cualquier otro que genere dependencia o conflicto de interés.

Resulta que, avorazado como ninguno, Graco Ramírez en el primer tercio de su gobierno instruyó a la LII legislatura del Estado a integrar (a la carrera), un organismo supuestamente ciudadano e imparcial para realizar la importante tarea prevista para el Comité de Participación Ciudadana. Lo hicieron muy mal, tanto que a sus integrantes, aunque les fue tomada la protesta de ley por parte del Congreso de Estado, nunca les dieron recursos, ni tuvieron oficina y ni siquiera entraron realmente en funciones, porque posteriormente se publicó una nueva reforma a la Constitución local (Periódico Oficial Tierra y Libertad de fecha 11 de agosto de 2015), donde se emitió una convocatoria para designar otro Comité de Participación Ciudadana, por lo que el anterior simplemente se quedó “chiflando en la loma”.

Para darle una fachada de legalidad al asunto, ya con nueva legislatura (la LIII, sin duda la peor de la historia de Morelos), se designó a una Comisión de Selección, que a su vez tendría la tarea de convocar y analizar los perfiles de aspirantes, para finalmente seleccionar a quienes en definitiva serían los integrantes del mentado Comité de Participación Ciudadana. Pero no contaban que cuatro ex integrantes del Comité anterior, Selene Montesinos Olivar; Hugo Manuel Bello Ocampo; Omar Ramón Figueroa y Luis Arturo Guerrero Miranda, iban a interponer el amparo número 667/2017 del Segundo Juzgado de Distrito en el Estado de Morelos, y mucho menos que éste les iba a otorgar una suspensión para que no se hicieran las designaciones del nuevo CPC.

De acuerdo a la suspensión otorgada, la Comisión de Selección del CPC, podría seguir el procedimiento de recepción de aspirantes, entrevistas, evaluación y eliminación de los mismos, pero no podría hacer designaciones hasta que el amparo se resolviera de fondo en cada una de sus etapas procesales.

Casi un año después de haberse interpuesto, el amparo se sobreseyó (con fecha 11 de enero de 2018), por lo que a sabiendas de que el sexenio de Graco se encontraba en su tramo final y a éste le urgía tener el control total del SEA, los integrantes de la Comisión de Selección anunciaron (con fecha 19 de enero de 2018), que harían de inmediato las designaciones; pero no contaban con que se encontraba transcurriendo el término para interponer el Recurso de Revisión del amparo, por lo que (con fecha 22 de enero de 2018) fueron vergonzosamente reprendidos por el Juez Segundo de Distrito, quien les hizo saber de las consecuencias de la violación a la suspensión concedida. Así, con la cola entre las patas, la Comisión de Selección tuvo que emitir un nuevo comunicado anunciando que dejaba sin efecto la pretensión original de designar a los integrantes del CPC.

Del Recurso de Revisión con número 108/2018, conoció el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa, mismo que resolvió confirmar el sobreseimiento, pero lo hizo hasta el seis de julio del año que transcurre, es decir, después de las elecciones que dejó a Graco Ramírez, Rodrigo Gayosso y diputados cómplices y corruptos, sumidos en la derrota absoluta.

Para entonces, la lista original de más de 50 aspirantes al CPC, estaba reducida a sólo 16 profesionistas elegibles para ocupar cinco espacios. Finalmente, la Comisión de Selección se pronunció y designó como integrantes del CPC a Roberto Coranguez Esquivel; Alejandro Enríquez Hermida; María Juana Damiana Herrera Mota; Edgar López Betanzos y Eva Penélope Picazo Hernández.

Sin embargo, aunque desde hace semanas fue designado el nuevo CPC, no ha podido rendir la protesta de ley ante los Diputados de la actual legislatura. La razón es que hay serias dudas del proceso seguido, particularmente por la infiltración de personajes afines a Graco Ramírez. De los antes mencionados, a Edgar López Betanzos se le acusa de ser un enviado de Hortensia Figueroa Peralta, ya que cuando está fue presidenta municipal de Jojutla, era su empleado de confianza, pues lo designó como Titular de la Unidad de Información Pública del municipio y luego se lo llevó al Congreso del Estado, cuando ésta se convirtió en diputada; además, López Betanzos también se encuentra inscrito en la convocatoria (actualmente suspendida) para designar dos Magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa, como carta alterna o “plan b” de la mencionada Hortensia, luego de que su marido, Roberto Soto Castor, perdió toda posibilidad de llegar precisamente al cargo de magistrado del TJA, cuando su mujer dejó de ser diputada.

Por otro lado, también se cuestiona a Eva Penélope Picazo Hernández, pues es una militante activa del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actual esposa del dirigente del sector popular del mismo, Víctor Hugo Manzo Godínez, también ex diputado.

Así, como todo lo que Graco tocó con sus manos, el CPC se convirtió en calabaza y todo parece indicar que por segunda ocasión, no pasará.

LA LEY DE HERODES

Por Miguel Ángel Isidro

Cuando se pregunta a un extranjero sobre las características de los mexicanos, muchos adjetivos salen a relucir.

Alegres, hospitalarios, bravucones, amistosos, solidarios, luchones… en fin, muchos de ellos positivos.

Sin embargo, existe uno recurrente que bien puede explicar en buena parte el estado anímico de nuestra sociedad en este peculiar momento de nuestra historia: los mexicanos somos apasionados.

Cuando nos decidimos a abrazar una causa, lo hacemos sin medida ni recelo. Lo mismo los fervorosos seguidores de la Virgen de Guadalupe que de de la Selección Mexicana de futbol, de la música de mariachi, banda o tropical, o entusiastas asistentes a eventos deportivos o conciertos. Cómo cuando de la nada, en la pasada edición de la Fórmula Uno en la CDMX, desde la tribuna comenzó a brotar el coro de “¡México-México!”, como si se tratara de una manera de marcar territorio en un evento global.

Y precisamente esa pasión que nos caracteriza es la que podría de alguna manera dimensionar el clima de crispación que se vive en este momento, principalmente en las redes sociales.

En los últimos meses, pero particularmente después de la celebración de la consulta sobre el destino del proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de Mexico (NAICM), la audiencia de las redes sociales pareciera estar dividida en dos grandes segmentos: los seguidores del Presidente electo y sus detractores. O, como ellos mismos se califican unos a otros: “chairos” y “fifís”, respectivamente.

Es indudable que el resultado de las pasadas elecciones presidenciales del mes de julio fueron un reflejo del malestar ciudadano ante años de corrupción, impunidad, violencia criminal y frivolidad por parte de los poderosos, lo que motivó un voto masivo por la búsqueda de un cambio de régimen. El triunfo electoral ha representado un catalizador del malestar ciudadano y sin duda, para muchos representa la posibilidad de un radical golpe de timón en las formas de gobernar y hacer política en México.

Es innegable que al sistema político le vendría bien una sacudida. Y sería formidable lograr un cambio sustancial sin pasar por un estallido social. Sobre todo en un país cuya historia se ha escrito de la mano de guerras internas en las que no siempre han ganado los oprimidos.

Sin embargo, bien vale la pena hacer un llamado a la prudencia. Urge elevar el nivel del debate. La crispación ha llevado al intercambio de diatribas e insultos; un día sí y otro también “chairos” y “fifís” escenifican cruentos combates en el ciberespacio; a cada declaración, acto o publicación le sigue un alud de vítores y rechiflas. Los argumentos parecen ser lo de menos, de trata de ver quién alcanza más “likes”, todo mundo pareciera estar gritando a todo pulmón y nadie parece escuchar al otro, o lo que es peor: a nadie le importa hacerlo.

Es innegable que AMLO cuenta con el respaldo de 30 millones de ciudadanos que le dieron el triunfo electoral. Sin embargo se debe entender que después de su toma de posesión será el presidente de todos los mexicanos, chairos o fifís o cómo les quieran llamar. Y ése será el momento para demostrar cómo quiere conducir su mandato: como un estadista o como el jefe de un grupo político mayoritario, que gobernará sin escuchar las voces disidentes.

De manera irresponsable hay quienes confunden la lucha de clases con el rencor social. De la contradicción de los opuestos deben surgir las alternativas para generar las decisiones que brinden el mayor bien para el mayor número.

Uno de los errores que cometió el régimen priísta fue el considerar que la pluralidad era una bondad graciosa que el partido en el poder podía conceder y arrebatar a su antojo. La inconformidad ciudadana fue encontrando los cauces para alzar su voz, y en múltiples ocasiones, como en el movimiento estudiantil del 68, en la Guerra Sucia de los 70 o en los movimientos ciudadanos surgidos a raíz de los sismos del 85, la sociedad le demostró al sistema que no necesitaba ni de los anquilosados partidos políticos ni de los desgastados espacios de representación parlamentaria para hacer patentes sus inconformidades y demandas. Los ejemplos mencionados han sido episodios dolorosos, pero necesarios para entender el nuevo escenario social y político del país.

En alguien debe caber la prudencia. Estamos en un momento importante para construir una nueva página en la vida política y social de México, y eso requiere del concurso y la desinteresada participación de todos los sectores, sin sectarismos ni bravuconadas.

Y AMLO debe entender que ha llegado el momento de actuar como jefe de un gobierno, y no como político en campaña.

Ojalá lo logre.

Los mexicanos no necesitamos inventarnos más enemigos. El escenario internacional pinta complicado, y sería lamentable no aprender de los errores del pasado.

Finalmente, ¿quiénes se benefician de la confrontación social?

Veremos y comentaremos.

Twitter: @miguelisidro

Perspectiva

Por Marcos Pineda

Hay tres posiciones fundamentales en torno a la crisis de representación política que aún antes de que inicie el nuevo gobierno municipal ya están en pugna. Por un lado, la de los seguidores del alcalde electo, Antonio Villalobos Adán, y de él mismo, por supuesto. Que no renuncia, rendirá protesta y gobernará Cuernavaca. Por otro lado, la de los que argumentan contar con elementos jurídicos para impedir que asuma el cargo el primero de enero de 2019, que será nombrado un (a) interino (a) por un periodo de tres meses, en tanto el Congreso resuelve quién ocupará la silla y se desahogan los procesos en tribunales a que haya lugar. Y en un tercer lado, la de quienes con argumentos simplistas se contentan con llamar a la reconciliación, asumiendo una cómoda posición de imparcialidad a favor del bienestar de los habitantes de Cuernavaca.

Todos ellos en busca de ser considerados de alguna manera en el nuevo gobierno, ya bien con cargos públicos, favores e incluso privilegios. Pero en medio de lo que ya es una crisis de representación política en la capital morelense. Y lo es porque el enfrentamiento entre niveles de gobierno, de lo político a lo personal, lo vimos en el choque entre Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco hace poco, en nada beneficia y mucho perjudica finalmente a la población.

Para unos, las amenazas y atentados contra los Villalobos, son un montaje que busca victimizar y legitimar al alcalde electo. Para otros, son una muestra de lo ruines, perversos e inescrupulosos que pueden ser los que están atrás de tales acciones. Pero a la mayoría de la población cuernavaquense le tienen sin cuidado estos pleitos. Sus preocupaciones cotidianas son otras: las deficiencias en los servicios públicos y la inseguridad, por ejemplo.

En otro momento, vamos analizar en este espacio los escenarios de lo que se avecina. ¿Qué pasaría si asume o no el cargo y en qué condiciones, una y otra? Por lo pronto, la moneda sigue en el aire.

Para iniciados

Partidos políticos. En el PAN ya pronto habrá humo blanco sobre quién habrá de dirigir a ese partido en Morelos. Ninguno tiene nada asegurado y todos se están dando hasta con la cubeta por debajo del agua. Sin embargo, aparentan a la luz pública que su proceso de elección es limpio y democrático. A quienes les interese el tema del PRI, más desgastado que nunca en el estado de Morelos, no es uno, que sino cuatro procesos de expulsión siguen su curso en el Comité Ejecutivo Nacional contra el actual sedicente líder tricolor. Y en el PRD la crisis sigue su curso y pronto se pondrá peor, en cuanto comiencen a llevarse a cabo procesos de investigación contra líderes y ex representantes, prominentes perredistas y graquistas, que serán señalados por diversos actos de corrupción durante el gobierno y la legislatura anteriores.

LA LEY DE HERODES
Por Miguel Ángel Isidro

“Consulta, que algo sobra”

Finalmente, enmedio de la polémica, concluyó este fin de semana la consulta “nacional” convocada por el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador para conocer la opinión de los mexicanos acerca del proyecto de ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Cómo se difundió ampliamente, fueron dos las opciones consideradas para esta consulta: 1) Continuar con las obras del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco y dejar de usar el aeropuerto actual y 2) Seguir usando el aeropuerto actual y ampliar sus operaciones en la Base Militar de Santa Lucía.

Como también fue ampliamente difundido, desde su campaña presidencial, López Obrador se pronunció en contra del NAICM, al que continuamente calificó como un proyecto “mafioso” destinado únicamente a beneficiar económicamente a un grupo de empresarios consentidos por el régimen de Peña Nieto y además, un atentado ecológico contra el Lago de Texcoco.

Durante meses, las propuestas de cancelar definitivamente el NAICM -obra en la que ya se han invertido cientos de millones de pesos- y de someter a consulta pública el futuro de dichos proyectos aeronáuticos, encendieron la polémica a nivel nacional, con todo tipo de argumentos a favor y en contra; desde opiniones técnicas, financieras y ecológicas, hasta insultos y descalificaciones dignas de hordas de la Edad de Piedra, por parte de los simpatizantes de uno y otro bando.

“Haz obra, que algo sobra”, reza una frase acuñada en los tiempos de la hegemonía priísta, y que sintetiza el impulso de la vetusta clase política frente al uso del erario para proyectos de infraestructura con inversiones millonarias del erario público: a mayores y más grandes obras, más oportunidades de negocio para el grupo gobernante y sus allegados. No importa si las obras son necesarias o no.

Como también cuenta otra fábula de la mitología priísta: en cierta ocasión un gobernador visitaba una localidad rural bastante pobre, y durante el discurso obligado, el mandatario dijo a los habitantes: “Y como muestra de mi compromiso con ustedes, construiremos un moderno puente sobre el río”.
-“Gobernador, ¡pero no tenemos río!”- reclamó una voz anónima entre la multitud.
-“¡Pues también les pondremos el río!”- remató el cínico gobernante.

Chistes aparte, resulta curioso analizar la numeralia de la consulta.

De acuerdo con sus organizadores, en la consulta participaron un millón 67 mil 859 personas, de las cuales 310 mil 463 participantes se inclinaron por la opción de Texcoco, mientras que 747 mil en favor de Santa Lucía.

En números redondos, el proyecto de Santa Lucía ganó por 7 a 4 la consulta de AMLO. Es decir, unas 800 mil personas respaldan la decisión que anticipadamente ya había dado a conocer el Presidente electo, en respaldo al plan ofertado por el empresario José María Riobóo… el mismo que se benefició con los contratos del Segundo Piso del Periférico durante su etapa como jefe de gobierno del ex- Distrito Federal.

Si tomamos en cuenta que en Mexico existen 89.6 millones de ciudadanos en edad de votar y con credencial de elector, de acuerdo con la lista nominal del INE… ¡pues resulta que la propuesta “ganadora” cuenta con el respaldo de apenas el 1.2% del padrón electoral!

¿Y los 30 millones de mexicanos que votaron por AMLO en julio pasado, a dónde se fueron?

¿Se trataba realmente de un tema de interés nacional?

¿Por qué solamente dos opciones? ¿No existía la posibilidad de una “tercera vía?

¿No existían otros temas de mayor interés y urgencia nacional para ser sometidos a consulta?

¿Vale la pena dividir y polarizar tanto a la opinión pública nacional a prácticamente un mes de la toma de posesión del nuevo gobierno?

De cualquier manera, la consulta tiene aspectos positivos.

Cualquier posibilidad de fomentar la democracia participativa en México siempre debe ser bienvenida.

Aun así, queda la interrogante acerca de los futuros temas a consultar, y si la convocatoria y organización de estos sondeos serán facultad exclusiva del Ejecutivo Federal o si se abrirá la posibilidad de que los ciudadanos de manera independiente puedan proponer temas para consulta.

Habría también que considerar qué hay aspectos qué considerar acerca del bando “perdedor” en la consulta.

Si como se ha dicho, el proyecto del NAICM era de interés exclusivo del Presidente saliente Enrique Peña Nieto y un pequeño grupo de magnates… ¿cómo es que no fueron capaces de movilizar participantes a su favor en la consulta? ¿No habrían teñido modos y recursos para “acarrear”, por decir algo, un millón de votos a su causa? ¿O es que acaso no les importó, a pesar del impacto que dicha cancelación podría tener en el ámbito de la economía y las inversiones en México, que es, de supone, su única motivación real?

Los tiempos están cambiando, ni duda cabe. Parece que estamos al inicio de la era del “Consulta, que algo sobra”…

Veremos y comentaremos.

Twitter: @miguelisidro

Perspectiva

Marcos Pineda

Son muchas las notas en medios y redes sobre la continuidad de hechos delictivos de diversa envergadura. Van desde el asalto en vía pública, en transporte colectivo, robo a casa habitación o cuentahabientes bancarios, extorsiones, violaciones, secuestros y más. Coronados con actos de mayor o menor violencia, pero violencia al fin de y al cabo. Desde golpes ligeros a las víctimas, hasta balaceados, desmembrados y calcinados.

Suena muy duro, pero es la realidad que percibimos a través de las notas periodísticas y las publicaciones en redes sociales. Sin embargo, lo más sentido y dramático es cuando lo escuchamos en voz de nuestros familiares, amigos y conocidos. Nuestra gente cercana, quienes luego de padecer algún agravio y seguir vivos para poderlo contar, dudar en si denunciarlo o no ante las autoridades ministeriales por la posibilidad de que éstos estén vinculados con los malhechores o de plano de trate de los mismo tipejos, cobran valor y nos narran los hechos, siendo también víctimas de un trauma que les deja al menos una muy mala experiencia, difícil de superar en el corto plazo.

Se suman los actos de intento de linchamientos por parte de los habitantes de las comunidades afectadas, que en cualquier momento pueden escalar a finales trágicos. La gente está harta de la inseguridad y de la impasividad de las autoridades responsables de prevenir y perseguir los delitos. Aunque no es deseable, está fuera del orden jurídico y es moralmente cuestionable se aprestan a hacer justicia por propia mano. En pocas palabras, la gente está sumamente cansada de que no se vean resultados en materia de seguridad pública y reacciona también de manera violenta.

El llamado de Cuauhtémoc Blanco a su gabinete, en voz de José Manuel Sáenz, sobre trabajar a marchas forzadas para dar los resultados que esperan y exigen los ciudadanos debe calar profundo en todos los funcionarios públicos, pero de manera más urgente en el vice almirante José Antonio Ortiz Guarneros, comisionado de seguridad en Morelos, como en el fiscal Uriel Carmona Gándara, no importa si a este último le quedan pocas horas, días o meses en el cargo. La responsabilidad de ambos es dar resultados y no a medias, sino buenos resultados pronto, o sea, ya.

Para iniciados

Ya se barajan nombres, se comienzan a buscar y circular documentos, como también se menciona que los señalados hacen todo cuanto pueden para desaparecer u ocultar la evidencia que pudiera condenarlos. De entrada, Graco Ramírez y varios de sus subalternos, como Jorge Michel Luna, y los ex legisladores Beatriz Vicera Alatriste, Julio espín Navarrete, Hortencia Figueroa y Francisco Moreno Merino, lista que podría extenderse a muchos otros más de los peor calificados diputados que ha tenido el estado de Morelos, ya están en el ojo del huracán y las espada de Damocles se contonea sobre ellos… ah! Y el detallito del cuasi quinceañero de alta sociedad, cumpleañero de mesas de regalos fifi, José Vicente Loredo Méndez, bien documentado por nuestro amigo Pedro Martínez Serrano.

Difícil entender la arquitectura…

El concepto del “instante decisivo” implica que el fotógrafo anticipe un “…momento importante en el flujo constante de la vida y lo capta en una fracción de segundo”. Este es uno de los conceptos más atrayentes y cautivadores de la fotografía. El “instante decisivo” “permite sorprender la vida «¡en flagrante delito! »”
Henri Cartier-Bresson.

Por Rocío García

La fotografía de arquitectura se ha convertido en una disciplina por sí misma. Es difícil entender la arquitectura sin pensar en la fotografía.

La fotografía ha sido tradicionalmente la manera de acercar y dar a conocer las obras de arquitectura, una gran herramienta para las empresas inmobiliarias y vendedores potenciales, ya que es el primer acercamiento, la primera buena impresión para percibir y conocer los espacios, es también una gran herramienta del diseñador para dar a conocer su trabajo.

Por eso hay que reconocer la labor de fotógrafos que se han especializado en esta área, ya que hay que tener una sensibilidad especial por el arte y la estética.

Algunas recomendaciones para fotografía de arquitectura:

Una buena iluminación, ayuda a enfatizar un espacio, una estructura específica o una atmósfera, buscar la mejor iluminación del día, por la mañana antes del mediodía.

Tomate el tiempo para encontrar un ángulo diferente que los espacios se aprecien diferente y esto ayuda a hacer más personales tus imágenes.

Si se utiliza un lente gran angular en los edificios contienen pequeños detalles que se pierden cuando una fachada o una habitación entera se captura en un encuadre. Explora los detalles de cerca, que podría revelar algo nuevo sobre el diseño.

Fotografía Israel García.

José Luis Garcitapia

El inminente triunfo de Alfredo del Mazo, sobre Delfina Gómez, representa un duro golpe a Morena y a Andrés Manuel López Obrador, quien ayer por la tarde-noche aseguraba que su candidata había ganado 2 a 1 sobre el priista, lo que no coinciden ni por mínimo con la realidad de la competencia electoral cerrada en el Estado de México.

Si bien, el PRI tiene argumentos suficientes para festejar su triunfo, pues la maquinaria electoral mexiquense funcionó al 100 por ciento ante esta dura prueba, pues no competía con Delfina ni contra Morena sino contra el mismísimo López Obrador, habría que reconocer el papel que jugaron los demás contendientes.

Por un lado, Juan Zepeda logró contener que la izquierda militante en el Partido de la Revolución Democrática se fuera a votar por la candidata de López Obrador; y aunque entró a la contienda en un muy lejano cuarto lugar, logró una importante votación y ubicó al PRD en la tercera posición electoral con casi –hasta el momento- 18 por ciento de la votación, lo que hace tres meses era inimaginable.

Mientras que la panista Josefina Vázquez Mota inició la contienda en tercera posición,  inclusive algunas casas encuestadoras, la colocaban la segunda y con grandes posibilidades de triunfo. Sin embargo, como sucedió en hace casi seis años la candidata del PAN se fue desinflando y llevó a su partido a la cuarta posición, con un poquito más de 11 por ciento de la votación.

El hecho de que Juan Zepeda lograra mantener la fuerza del perredismo y se negara a ceder a las presiones de López Obrador a declinar, evitó –en mi opinión- votos de la izquierda a favor de Delfina, pues cara a cara el perredista es mejor candidato que la morenista; pero más interesante resulta –para mí- la decisión de muchos panistas de votar en contra de López Obrador, a través del PRI, como un opción clara y contundente de contener, cuando menos en el Estado de México, el avance del líder de Morena rumbo al 2018.

Hay que esperar el resultado final, el que se emitirá con el conteo que inicia el próximo miércoles, y el curso que tomen las impugnaciones al proceso, que hay que reconocer estuvo plagado de irregularidades, delitos y abusos de parte de todos los partidos; y la decisión que tome López Obrador, quien de entrada no reconoce el triunfo priista e insiste en que su candidata es la ganadora de la contienda.

José Luis Garcitapia

j_garcitapi@hotmail.com