PERSPECTIVA, por Marcos Pineda.

Nos hemos percatado del endurecimiento de la guerra sucia a lo largo del proceso de Morena para la selección de sus candidatos, tanto a la presidencia de la República como a los gobiernos de los estados. Como nunca, las denostaciones en las redes sociales y a través de sus corifeos, ya sean pagados o espontáneos, reales, con cuentas falsas o bots, están literalmente a la orden del día.

Los efectos de la andanada ya tuvieron repercusiones en el ánimo de los posibles electores. Se reflejaron con mucha claridad en los resultados del Tracking Poll de Consulting & Research Estadística Aplicada del mes de agosto. Y no son nada favorables para los aspirantes.

Comencemos por dejar claro que el crecimiento en los puntos de conocimiento, es decir, en los porcentajes de posibles electores que conocen o han oído hablar de los aspirantes, únicamente es positivo si va acompañado de una buena percepción sobre las cualidades y características de la persona en cuestión. Eso de que lo que importa es que hablen de ti, no importa si hablan bien o mal, pero que hablen de ti, no aplica en materia electoral. Quizá sí para actores o cantantes, en la farándula, pero en temas de elecciones, definitivamente no.

Un elector al que ya convencieron de que tal o cual aspirante es traicionero, ladrón, mentiroso o algo por el estilo, difícilmente votará por él o ella. En suma, en política no basta con hacerse conocido. Es necesario generar una buena imagen pública. Y esa buena imagen es precisamente la que están echándose a perder mutuamente los morenistas que se han lanzado contra sus adversarios en esta guerra sucia.

Por el momento, en Morelos, identificamos a tres mujeres y un hombre contra quienes las campañas han sido particularmente feroces: Lucía Meza Guzmán, Juanita Guerra Mena, Margarita González Saravia y Rabindranath Salazar Solorio. Usted ya habrá visto las supuestas páginas informativas, medios de comunicación sacados de la manga, facebookeros y periodistas que se alquilan barato para darle difusión a esas campañas negras.

Los resultados de la encuesta son consistentes con el planteamiento de los efectos de la guerra sucia, pues las tres mujeres y el hombre mencionados perdieron puntos en los rubros de: simpatía, probabilidad de voto, su percepción como mejor gobernador y honradez. En unos casos más y en otros menos, pero todos salieron perdiendo puntos entre el mes de julio y agosto.

Valdría la pena, para los aspirantes y sus equipos de campaña, hacer un análisis a profundidad de sus resultados en lo particular, prepararse para los escenarios de crisis y negociación, que muy probablemente se van a presentar, pues no hay elementos como para pensar que la guerra vaya a dar tregua. Todo lo contrario, se va a endurecer a medida que se acerquen los procesos locales y hasta la designación de las candidaturas.

No sé si se den cuenta ni si les importa, pero los morenistas se están haciendo daño. Si al final del camino ellos son los que representan en la entidad a la cuarta transformación y su imagen queda muy deteriorada, trasferirán ese deterioro y desencanto a su propio partido y al proyecto del presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Recuerde que está disponible para usted el informe completo del Tracking Poll de agosto en las páginas digitales de Irradia Morelos.

Y para iniciados

Ya fue admitida la Controversia Constitucional que presentó el Congreso local ante la Suprema Corte. La admisión del recurso de reclamación luego de haber sido rechazada inicialmente por Arturo Saldívar deja ver, una vez más, que efectivamente hay dos ministras y un ministro que sí son de consigna, que están al servicio del poder, pero del poder presidencial. Se apartan de la ley para agradar a su jefe político. Lo bueno es que no todos son iguales y, aquellos, no tienen mayoría.

La información es PODER!!!

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